EL CONFIDENCIAL 20/12/13
· Mas insinuó que los falsificó el CNI español
Los documentos del Gobierno catalán sobre la Agencia Nacional de Seguridad que quería montar Artur Mas, más conocida como el CNI catalán o la TIA catalana (en homenaje a Mortadelo y Filemón), existen. Por primera vez, un miembro de ese Gobierno admite que los documentos no son falsificaciones o inventos del CNI español para desacreditar a Cataluña. Así lo reconoció ayer el consejero de Empresa y Empleo, Felip Puig, en una entrevista concedida a la emisora RAC1.
Es cierto que tiró balones fuera, pero fue meridianamente claro al señalar que uno de los principales documentos, enarbolado por el presidente de Ciutadans, Albert Rivera, en un pleno parlamentario no era una invención. El propio presidente, Artur Mas, ha negado en varias ocasiones, en la Cámara autonómica, que él o su Gobierno tuvieran conocimiento de que hubiese documento alguno diseñando su propio servicio de inteligencia. Incluso en su primera interpelación al respecto llegó a insinuar que la aparición de esos documentos tenía que ver con una campaña de desprestigio de los servicios de espionaje españoles contra su persona y contra Cataluña.
En el pleno de esta misma semana, el propio Puig llegó a decir que esos documentos eran “apócrifos”. En menos de 24 horas, cambió su parecer: ahora asegura que sí, que el documento que le enseñó el presidente de Ciutadans es verdadero, aunque lo achaca a alguien, a un “colaborador del Gobierno”, que lo pudo presentar como idea a desarrollar. Con su reconocimiento, no obstante, deja en evidencia a Artur Mas, que siempre ha negado la mayor.
RAC1.- ¿Este documento que presentó Albert Rivera en el Parlament es real?
Felip Puig.- Creo que como documento existe. Alguien lo…
RAC1.- ¿Sabe quién lo hizo?
Felip Puig.- Puedo intuirlo, pero como no tengo la certeza no puedo afirmarlo.
RAC1.- ¿Es de alguien que todavía trabaja en la Generalitat?
Felip Puig.- Puedo intuirlo. En todo caso, daré explicaciones oficiales en mi comparecencia en el Parlament. Pero que quede claro que, como no es un documento oficial, no ha generado ninguna actuación pública formal. No ha sido ni analizado por el Gobierno y ha sido confeccionado por una persona de las que tienen ideas y dibujan y diseñan cosas.
RAC1.- Pero le he de decir que, si en algún momento los servicios secretos de la Cataluña independiente pasan por este tipo de documentos, efectivamente, seremos Mortadelo y Filemón, ¿eh?
Felip Puig.- Tiene toda la razón, pero eso sería si el documento hubiese tenido alguna aprobación oficial…
RAC1.- ¿Pero alguien se lo pidió a esa persona?
Felip Puig.- No, no. Lo hizo motu proprio. Bueno… he de suponer que sí. Yo no tenía ningún conocimiento.
RAC1.- ¿Y entonces cómo fue a parar a manos de…?
Felip Puig.- Esto es como si usted tuviese un colaborador que le presenta ideas. Y eso es igual: en un Gobierno, un colaborador presenta ideas y hace documentos. Pero le puedo asegurar que ni antes, que yo estaba en Interior, ni ahora que estoy en Empresa y Empleo y que tengo bajo mi mando el Cesicat, jamás, a día de hoy, nos hemos planteado la idea de crear una Agencia de Seguridad Nacional. Tenemos un Centro de Seguridad Electrónica, de ciberseguridad, que protege a la Generalitat y a las empresas y que de vez en cuando también actúa a requerimiento de la Policía, de los Mossos d’Esquadra, siempre de acuerdo con la ley.
Los autores de los documentos
Pero los documentos no son obra de “un colaborador” del Gobierno. Son obra de varios empleados del Gobierno, cosa muy diferente. Según los documentos digitales originales en poder de El Confidencial, todos los documentos sobre la pretendida agencia de espionaje de Cataluña se hicieron en el Cesicat. Hay tres de ellos que fueron modificados por última vez en el ordenador de Tomàs Roy Català, director de ese organismo.
Las otras versiones fueron realizadas por otros empleados del Cesicat. Uno de ellos, Josep M., realizó el powerpoint resumen de 38 páginas. Otro empleado, Joan L., elaboró otro documento similar pero con 39 páginas (se le había añadido al anterior documento una página con el perfil que debía tener el director de la Agencia Nacional de Seguridad). Por sus manos pasó también otro que había sido creado el 29 de septiembre del 2011 en un ordenador de la compañía Solium (a la que se le pagó por un informe para diseñar el plan estratégico del Cesicat, que podría dar lugar a la creación de la ANS). Este ordenador estaba a nombre de J. A., empleado de esta consultora. Joan L. lo modificó en su ordenador del Cesicat el 29 de noviembre de 2011.
Por las manos de Tomàs Roy, sin embargo, pasaron al menos tres versiones de los estudios sobre la ANS. Uno de ellos fue iniciado por otro empleado identificado con las iniciales O.T. Otro de estos documentos es un extenso powerpoint con 65 diapositivas elaborado el 21 de marzo del año pasado. Pero también confeccionó otra presentación de 30 páginas que pretende ser un resumen del anterior.
Así pues, Felip Puig puede elegir a cuantos autores quiere citar para conocer los informes internos de su Gobierno sobre sus propios servicios de inteligencia. El consejero, no obstante, admitió en RAC1 que “si algún día somos un país normal y tenemos un Estado propio, soberano e independiente, habremos de tener una red diplomática (…) y es evidente que si tenemos embajadores, acabemos teniendo un servicio de inteligencia internacional porque, para andar por el mundo, estos servicios se han de tener”.
También hay móviles espías
Puig también reconoció que el Gobierno catalán estudió la posibilidad de introducir software espía en móviles de los Mossos d’Esquadra, tal y como había explicado El Confidencial. “No se ha espiado a nadie –subrayó–. Se ha escrito que se había estudiado un sistema para encriptar y entrar en móviles de políticos y empresarios. Nada de nada. ¿Que en algún momento se estudió un sistema tecnológico por que los propios miembros de la Policía tuviesen un mecanismo de seguridad y de información corporativa? Sí, se estudió. ¿Se implementó? No. ¿Esto era para espiar a políticos y empresarios, a gente importante y a periodistas? No, hombre, no”.
De todos modos, nadie había dicho que los teléfonos espía eran para espiar a empresarios, a políticos ni a periodistas. Esos asertos son sólo fruto de la imaginación del conseller.
Reconoció, asimismo, que recibió información sobre un agujero en la seguridad de la Generalitat al haber sido robadas varios miles de contraseñas de usuarios de la Administración autonómica, una información también desvelada por El Confidencial. “En el 2011, hubo una infección viral en todo el mundo. Y en ese caso fueron afectados más de 6 millones de usuarios. Algunos [piratas] entraron en los sistemas [de la Generalitat], no en las bases de datos, sino en la identificación de usuario y password. En Cataluña nos afectó del orden de entre 3.000 y 4.000 usuarios. Lo detectamos de allí a unos meses. Y cuando se conoció, desde el propio Cesicat, se pusieron una serie de medidas para modificar las contraseñas. (…) Pero no es verdad que entraran en la base de datos de los Mossos o de Sanidad. Lo que tuvieron esos piratas es la posibilidad de acceder a esos usuarios y contraseñas”. El agujero, no obstante, sigue abierto y este diario ha comprobado que a día de hoy se puede entrar en las bases de datos de los Mossos, del ICS, de Educación y en correos corporativos, así como en nóminas.
En busca del censo propio
Por último, el consejero de Empresa y Empleo admitió también, contrariamente a lo que había dicho hasta ahora, que el Cesicat ha realizado tareas de seguimiento de webs y alertas para los Mossos d’Esquadra. Es decir, que se han realizado monitorizaciones de activistas sociales. “La Policía tiene un mando para relacionarse exclusivamente con el Cesicat –dijo, admitiendo lo publicado por este diario–.
“En algún momento, a requerimiento de la Policía, el Cesicat hace análisis, hace seguimiento de informaciones que aparecen en la red y eso afecta, obviamente, a páginas web, a mensajes que pueden correr por la red sobre informaciones de convocatorias y todo ello se hace con unos protocolos pactados y dando un servicio a la Policía. Pero se miran webs y se analizan mensajes todo de acuerdo con la ley. Todos los archivos realizados son legales”.
Puig se refirió también a la confección de un censo electoral catalán para poder realizar el referéndum independentista el próximo 9 de noviembre. “La Generalitat está trabajando para poder disponer de nuestros propios instrumentos para desarrollar la consulta. Como no es posible utilizar, porque sería ilegal, el censo electoral estatal para una consulta organizada desde Cataluña, trabajamos para tener una base de datos con el fin de poder realizar la consulta”, señaló.
La propia emisora de radio había desvelado horas antes que el Gobierno catalán está intentando confeccionar el censo (de mayores de 16 años, extranjeros empadronados y catalanes residentes en el exterior) a partir de los datos que tiene el Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat). “Se plantea que voten los mayores de 16 años y la gente empadronada que cumpla determinados requisitos. Debemos mirar lo que dice la Constitución porque queremos hacer las cosas dentro del marco constitucional”, aseguró el consejero.