EL MUNDO 16/04/13
La apuesta de Artur Mas por la consulta soberanista tiene cada día más matices. El presidente de la Generalitat ha pasado de proclamar que convocaría un referéndum con o sin autorización del Gobierno a asumir que esa vía estará cerrada mientras no alcance un acuerdo con Mariano Rajoy. «No acabo de ver otra manera, se me hace difícil verla» dijo ayer el consejero de Justicia, el influyente Germà Gordó, al apostar por un pacto con el Estado.
«No tenemos que ir acelerados», añadió Gordó. Las palabras de uno de los dos o tres consejeros con mayor ascendiente sobre Mas suponen una rectificación en toda regla de las credenciales con las que el presidente catalán se presentó a las últimas elecciones. En septiembre, dos meses antes de los comicios que le costaron a CiU 12 diputados, Mas dijo en el Parlamento catalán: «Si el Gobierno no autoriza ningún tipo de referéndum ni de consulta, pues hay que hacerlo igualmente».
De hecho, Gordó hizo ayer continuos llamamientos al diálogo. Recordó que «el Gobierno de CiU tiene la obligación de trabajar para organizar la consulta», pero también admitió que no se le ocurre ninguna alternativa si Rajoy decide recurrir la convocatoria ante el Tribunal Constitucional (TC), como todo parece indicar.
El consejero de Justicia se mostró en cualquier caso convencido de que hay margen para un «punto de encuentro» entre Mas y Rajoy. Pero también rechazó los «nervios» de quienes, como Esquerra Republicana, presionan a la Generalitat para celebrar la consulta cuanto antes.
El acuerdo que los republicanos suscribieron con CiU para hacer presidente a Mas contempla que la consulta, prevista para 2014, pueda aplazarse si «el contexto socioeconómico y político requiriese una prórroga». Y ayer Gordó recordó precisamente ese punto del pacto.
Pero ERC corrió ayer a decir que no acepta un aplazamiento y que, en el «escenario» actual, sería más adecuado adelantarla que retrasarla. «Existe un compromiso electoral de CiU y del presidente de celebrar una consulta, que se tiene que hacer sí o sí, tal y como prometió este último en campaña», subrayó la portavoz del partido, Anna Simó.
Además, interpretando que Gordó hablaba sin el consentimiento de Mas -algo improbable-, reclamó a los consejeros que estén «al lado de Mas» y «de la hoja de ruta para que se celebre la consulta en 2014».
Pero las diferencias entre ERC y CiU son cada vez mayores. Los republicanos, por ejemplo, defendieron ayer la «legitimidad» de una declaración unilateral de independencia, un camino que Mas rechazó el domingo y que ayer vetó también Josep Antoni Duran Lleida: «Cataluña no puede seguir la vía kosovar».
En paralelo, se multiplican los contactos entre gobiernos. Ayer fue el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, quien se reunió en Barcelona con el consejero catalán de Presidencia, Francesc Homs, para tratar de la normativa sobre la acción en el extranjero de la Generalitat. Homs entregó al ministro el borrador de la ley de acción y servicio exterior que el Ejecutivo catalán quiere impulsar esta legislatura.