La gran coalición

ISABEL SAN SEBASTIÁN, ABC – 29/06/15

Isabel San Sebastian
Isabel San Sebastian

· No habrá pacto PP-PSOE después del otoño. Si no se hace política antes, rápido y de la buena, habrá «frente popular».

Hace tiempo que se viene hablando de ella en salones y despachos, pero nunca con tanta intensidad como ahora. Los resultados de los comicios municipales y autonómicos, unidos al augurio sostenido de las encuestas, alimentan la certeza de que las próximas elecciones generales no arrojarán mayorías suficientes, lo que obligará a los partidos a pactar. Y aquí es donde entra en juego el riesgo inherente a confundir los deseos con la realidad, incurriendo en el consiguiente error garrafal de diagnóstico, pronóstico y estrategia.

Los deseos de los grandes empresarios del país, sus más altas instituciones, una parte considerable de su «intelectualidad» sensata y otra no menor de la opinión publicada abonarían el campo para un acuerdo de Estado entre PP y PSOE, destinado a configurar un gobierno de «gran coalición» capaz de brindar la estabilidad necesaria para mantener a España en la senda del crecimiento económico, alejada de turbulencias como las que sacuden estos días a la Grecia de Alexis Tsipras.

La realidad, basada tanto en la experiencia histórica como en los pactos suscritos por los socialistas con Podemos a raíz del 24-M en todos los ayuntamientos y comunidades donde la suma ha sido posible, con la única excepción de Andalucía, apunta en la dirección contraria. Presuponer a Pedro Sánchez un sentido de la responsabilidad más cercano al de Felipe González que al de José Luis Rodríguez Zapatero es negar una evidencia reflejada en sus hechos, más representativos incluso que sus palabras, con ser éstas suficientemente elocuentes: «Pactaremos con cualquiera excepto el PP y Bildu». ¿Qué hace pensar a quienes manejan los hilos de nuestras finanzas que esta disposición variará después de una cita electoral en la que Sánchez se juega no solo su liderazgo, sino la supervivencia del PSOE como referente de la izquierda, con la marca de Pablo Iglesias pisándole los talones?

Si todo sigue igual que hasta ahora; es decir, si nadie en la dirección del PP escucha el llamamiento que hacía ayer José María Aznar desde las páginas de ABC para acometer urgentemente «una rectificación enérgica, creíble y suficiente», ni los más optimistas escrutadores de vísceras próximos a la calle Génova consideran factible revalidar la mayoría absoluta, por mucho miedo que inspire el populismo a los electores conservadores. Lo razonable es asumir que se cumplirá el pronóstico de los sondeos, coherente con la tendencia marcada en las tres últimas convocatorias electorales, y los de Rajoy obtendrán una victoria por la mínima, claramente insuficiente para garantizarle el gobierno, incluso mediando el apoyo de Ciudadanos.

Entonces, la suma de PSOE, Podemos y el resto de la izquierda más o menos radical, más o menos separatista, conformará una alianza unida en el empeño común de arrebatar el poder al centro derecha, sea cual sea el precio exigido para lograrlo. Posiblemente esa decisión suponga un suicidio para el socialismo a medio plazo, pero la contraria únicamente aceleraría su muerte. ¿Debería en tal caso un PP victorioso ofrecerse para apuntalar un gobierno minoritario de Sánchez, con tal de evitar lo peor? Es dudoso que la propuesta fuese aceptada (ahí está el ejemplo reciente de Madrid), aparte de que sería extremadamente difícil explicársela a unos votantes sobrados ya de motivos para sentirse estafados.

No habrá «gran coalición» después del otoño. Abandonen los soñadores esa esperanza. Si no se hace política antes, rápido y de la buena, habrá «frente popular».

ISABEL SAN SEBASTIÁN, ABC – 29/06/15