La grieta en el PSC se agranda por la deriva secesionista y la pérdida de identidad del partido

ABC 30/08/13

Cuando Pere Navarro (Tarrasa, 1959) asume la secretaría general del PSC en diciembre de 2011, el socialismo catalán está en su momento más bajo. Nadie imagina que dos años más tarde, el partido seguiría sin tocar fondo. Exalcalde de Tarrasa, encarnando una síntesis entre el socialismo de tradición catalanista y el metropolitano de obediencia PSOE, Navarro ha acabado siendo preso precisamente de lo que se ha conocido como «las dos almas» del PSC. Enfrentado a sus colegas del resto de España, también a Carme Chacón por su apoyo al «derecho a decidir», los catalanistas, que ayer se constituyeron como corriente interna, tampoco le perdonan su tibieza soberanista. Acusado de falta de carácter y de no conferir identidad al PSC, ha acabado por dar un puñetazo sobre la mesa ante la insubordinación de los catalanistas, si bien los pobres resultados del partido en las elecciones de 2012 (el PSC pasa a ser tercera fuerza en el Parlamento catalán) le restan autoridad. La perspectiva de un 2014 en Cataluña sin lugar para el matiz político ponen a Navarro y al PSC en la tesitura de la crisis permanente, incapaces de aprovechar el salto al abismo de CiU. El acuerdo del PSOE a favor de la reforma federal del Estado ha dado a Navarro cierto respiro en su relación con la ejecutiva de Rubalcaba, a cambio de ver como el partido se le quebraba por dentro.