Tonia Etxarri-El Correo

Si el presidente Macron reunió ayer de urgencia a un grupo reducido de mandatarios de Europa fue porque, con su rápida reacción a la embestida de Donald Trump, necesita presentarse como el ‘pacificador’ de una Europa descabezada que lidere una paz justa y negociada para Ucrania. Una iniciativa que, si trasciende de lo simbólico, es necesaria ahora que EE UU ha vuelto a abandonar a Europa, dejando, de paso, al desnudo las carencias de los 27 Estados tan desunidos y tan preocupados por sus problemas presupuestarios y por la energía verde mientras desatendían el peligro que suponía la amenaza del ejército de Putin. Una vieja Europa desprovista de una unidad de defensa propia porque nunca creyó necesario organizar una red unitaria armamentística que hiciera frente a las intimidaciones expansionistas de la potencia rusa.

Veremos cómo terminan estas negociaciones en las que Trump quiere dejar a Ucrania y a Europa marginadas. Todo se acelera en cuestión de horas. Pero, de entrada, Europa tendrá que presentar su hoja de ruta, junto al presidente de Ucrania, a quien se le ha reconocido el estatus de candidato de la Unión. Porque a la UE se le debe dar vela en este entierro (perdón por la expresión).

Este ha sido un mal comienzo negociador porque Trump ha premiado al invasor con un reconocimiento político, a pesar de las barbaridades cometidas en Ucrania durante tres años. Al regalarle al dictador ruso las primeras concesiones antes de empezar a negociar (Ucrania no entrará en la OTAN, EE UU no jugará ningún papel en las garantías de seguridad posteriores, Kiev tendrá que ceder territorios a Rusia) está avalándolo y blanqueando todos sus crímenes.

¿Cómo se va a defender Europa? España no está dando el nivel. Sin presupuestos actualizados y sin haber llegado a cumplir todavía con el compromiso del 2% de nuestro PIB en gastos de defensa. Los penúltimos de la fila. Pedro Sánchez en su discurso a los embajadores, hace un mes, les dijo que «en ningún manual está escrito que la paz y la seguridad se conquisten reforzando arsenales». Gran frase para el momento que, seguramente, tendrá que actualizar en vez de meter al PP en el capazo de la extrema derecha mezclado con Vox, Trump y… ¿Putin dónde queda? ¿Justificado por Sumar, Podemos, Junts y Bildu?

El pastor luterano Martin Niemöller dejó escrito, mientras estuvo retenido en el campo de concentración de Dachau, su famoso poema, tan versionado, contra la indiferencia. «Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio… cuando encarcelaron a los socialdemócratas… cuando vinieron a llevarse a los sindicalistas… cuando vinieron a buscar a los judíos no pronuncié palabra… cuando finalmente vinieron a buscarme a mí, ya no había nadie que pudiera protestar».

Es la hora de la Europa adormecida. Porque, con Ucrania, nos jugamos el futuro. No por estar más lejos de la frontera rusa que los países bálticos deja de afectarnos esta difícil situación. Europa, más allá de la propaganda, necesita un plan. De lo contrario, terminará engullida por las potencias que imponen el reparto de su imperio con el abuso de la fuerza. No hay tiempo que perder.