La ikurriña ya puede ondear en Navarra sin ningún impedimento legal. El Parlamento foral derogó ayer la Ley de Símbolos, por lo que se elimina la prohibición vigente hasta ahora de que la enseña vasca esté presente en las instituciones y ayuntamientos navarros que así lo quieran. La derogación salió adelante con los votos a favor de los partidos que sostienen el Gobierno que preside Uxue Barkos, de corte mayoritariamente nacionalista (Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E) y, en contra de PSN-PSOE, UPN y PP, lo que ofrece ya una muestra de la clara división que existe en Navarra sobre este asunto. De hecho, el Pleno vivió varios momentos de tensión al exhibirse varias banderas de Navarra por parte de los parlamentarios de UPN y PPN, contestadas con enseñas republicanas desde los escaños de I-E (Izquierda-Ezkerra). Un episodio de «guerra de banderas» que obligó a interrumpir el pleno unos minutos y sobre el que la presidenta Barkos mostró su «enorme preocupación».
Lo cierto es que la derogación de la ley se produce pese a un informe del Consejo de Navarra en el que se asegura que, aunque «nada lo impide desde el plano constitucional», sí puede generarse una situación de «inseguridad jurídica». De hecho, la polémica no acaba más que empezar, ya que desde la Delegación del Gobierno en Navarra se apresuraron a afirmar que, pese a la derogación de la ley, «las banderas ajenas a la Comunidad Foral siguen sin estar permitidas en Navarra por la normativa vigente». «Sólo se prevé que, junto con la bandera de España, se puedan utilizar las aprobadas por los estatutos de autonomía», dicen.
Los nacionalistas consideran un triunfo la derogación porque creen que esta Ley de Símbolos que excluía la ikurriña «no reflejaba la Navarra plural». La oposición, sin embargo, no dudó en acusar a los partidos del Gobierno de «dejar huérfana de identidad a Navarra». «Hoy es un día triste para miles de navarros», señaló Javier Esparza, de UPN. La «guerra de banderas» está servida.