Juan Mari Gastaca, EL PAÍS, 7/7/12
Existe en Euskadi un convencimiento generalizado, en base a la acumulación de sensaciones y de datos demoscópicos, que considera al PNV ganador de las elecciones, seguido a poca distancia por Euskal Herria Bildu (EHB). Un desenlace que, sin embargo, deja las emociones fuertes para el día siguiente de las urnas. En un escenario político como el vasco, donde a partir de la llegada de la paz se ha instalado el concepto de la geometría variable, la ecuación a resolver es cómo se llega a la mayoría absoluta; o, en su defecto, cómo queda garantizada la gobernabilidad.
En base, por tanto, a esta necesidad imperiosa de acuñar pactos, o al menos de aunar voluntades, que se deduce de la reciente entrega del Euskobarometro, resulta paradójico que ser tercera fuerza adquiera en Euskadi una nuclear importancia en los próximos comicios. Quien lo consiga -y todas las papeletas son para el PSE- dispondrá de una siempre cómoda posición de referencia para quien pretenda alcanzar el Gobierno. Así las cosas, queda abierta una curiosa pugna entre los dos partidos que hace tres años consiguieron que un socialista fuera lehendakari por primera vez en la historia democrática vasca.
¿Pactarían PNV y PSE? Las pésimas relaciones entre ambos partidos y el efecto refractario que impide las relaciones entre Iñigo Urkullu y Patxi López abortan ahora mismo tal hipótesis. Pero es muy posible que ambos partidos se vean obligados a hacer de la necesidad, virtud. Los nacionalistas porque corren serio riesgo de que la aportación del PP le resulte insuficiente para alcanzar los 38 parlamentarios que aseguran la mayoría absoluta; los socialistas, porque su salida de la Administración vasca agravaría la nula representación institucional a la que se ha visto relegada el el último año y podría soliviantar la vida interna del partido.
¿Y EH Bildu? La izquierda abertzale consolida con creces su alternativa al poder del PNV en base a las estimaciones del sondeo y del mantenimiento constatable en la calle de la ola electoral en la que se instalaron tras alejarse de la violencia. ¿Suficiente, sin embargo, para aspirar al Gobierno? Las heridas del terrorismo están tan recientes en el País Vasco que se antoja una quimera en las próximas elecciones. Los socialistas no están preparados para semejante digestión, aunque el Parlamento vasco tendrá una mayoría de izquierdas. Sin embargo, el ansia nacionalista por recuperar el poder que históricamente han considerado propio lo desbarataría de un plumazo.
¿Y una mayoría PNV-EH Bildu? El alma independentista y en amplios sectores de la afiliación nacionalista se verían reconfortados, precisamente ahora que ETA ya no les divide. Pero el PNV nunca olvida que la izquierda abertzale ha hecho de la derrota jeltzale buena parte de su razón de ser. Así que, de momento, cada uno por su lado. Por eso, todos mirarán al tercero.
Juan Mari Gastaca, EL PAÍS, 7/7/12