- Biden ha prestado un gran servicio a su país. Su mandato ha sido más fructífero de lo que muchos creen. Pero el partido puede elogiar su trabajo y elegir a otra persona.
Hay un término muy técnico para lo que ocurrió anoche en el primer debate presidencial de 2024. Se llama «espectáculo de mierda». Uno que podría y debería haberse evitado.
Sin embargo, en mayo, el presidente Joe Biden y su equipo desafiaron a Donald Trump a este debate sin precedentes. Al hacerlo, han puesto en peligro no sólo las elecciones, sino también la democracia estadounidense y el orden mundial liberal.
Como exlíder del Partido Demócrata en España, estoy profundamente consternada por la imprudencia de mi partido. Y no estoy sola.
Jon Stewart’s takeaway from tonight’s Biden-Trump debate pic.twitter.com/blfuAAdew8
— The Daily Show (@TheDailyShow) June 28, 2024
La pregunta del millón es ¿por qué el equipo de Biden le organizó un debate a un candidato anciano que siempre ha sido famoso por sus meteduras de pata?
Los cínicos dicen que programaron el debate en junio para que el partido tuviera tiempo de reaccionar si todo iba mal. Pero fue peor que mal: fue la encarnación de la peor pesadilla de todo demócrata.
No se puede jugar con una posible segunda legislatura de Trump. No es como perder ante alguien como John McCain o Mitt Romney, donde uno podría decir «bueno, puede que no esté de acuerdo con él, pero no es el fin del mundo». Una segunda administración Trump alterará el orden mundial tal como lo conocemos. Le dará carta blanca a Israel para hacer lo que quiera con Palestina, y lo mismo con Rusia y Ucrania.
Trump promete poner fin al conflicto en Ucrania incluso antes de asumir el cargo. ¿Cómo? Dándole a Putin lo que quiera.
«Joe Biden y el Partido Demócrata han estado paralizados, mano sobre mano, de forma irresponsable, desde que se anunció su candidatura en abril de 2023»
La UE, la OTAN y el Congreso de Estados Unidos ya están trabajando juntos para lograr un apoyo a Ucrania «a prueba de Trump» y ponerle más difícil sacar a Estados Unidos de la OTAN.
Trump también planea imponer aranceles del 10% sobre todos los productos que se importen a los Estados Unidos. Esto aumentará los precios para los estadounidenses y alejará aún más a nuestros aliados.
Pero Trump, más desquiciado que nunca, no ve ni entiende esto. La lista sigue y sigue.
Sin embargo, Biden y el Partido Demócrata han estado paralizados, mano sobre mano, de forma irresponsable, desde que se anunció su candidatura en abril de 2023. Vale la pena señalar de nuevo que el equipo de Biden propuso este debate y que ahora, sólo cinco meses antes de las elecciones, todo el partido está sufriendo un ataque de pánico colectivo. Como si no se hubiera podido prever esto.
En febrero, el columnista del New York Times Ezra Klein escribió un potente artículo instando a las personas más cercanas a Biden a convencerlo de que no vuelva a presentarse. Klein sostiene en ese artículo que la Convención Nacional Demócrata que se llevará a cabo en agosto proporciona el mecanismo para elegir un nuevo candidato.
Esto provocó mucho debate entre expertos y miembros del partido, pero el enérgico discurso sobre el estado de la Unión de Biden en marzo disipó estos temores y sofocó las peticiones de dimisión. El equipo de Biden, los líderes del partido y los expertos demócratas volvieron a apoyar al presidente basándose en la tesis de que no había otra opción, y por temor a dañar esa opción.
Biden ha prestado un gran servicio a su país. Su mandato como presidente ha sido más fructífero de lo que la mayoría cree.
Pero el partido puede elogiar su trabajo y elegir a otra persona. Técnicamente, Biden ni siquiera es candidato todavía. Eso no sucederá hasta la convención del partido. Podría anunciar que ha decidido no presentarse y liberar a todos los delegados que han comprometido su apoyo para que voten por el candidato de su elección.
Biden y el partido podrían optar por apoyar a Kamala Harris o permitir el proceso de elección de un nuevo candidato. Me gusta Harris, pero también creo que, después del error que ha cometido el partido, debería ponerse la decisión en manos de los delegados.
Los delegados son líderes locales y activistas del partido de todo el país, y en cierto modo son representativos de la base de votantes del partido. Es hora de entregar la decisión a los ciudadanos.
Es difícil imaginar que el partido y la campaña puedan recuperarse de esto, pero cinco meses es una eternidad en política. Al permitir que los líderes demócratas y los activistas locales elijan un nuevo candidato, el Partido Demócrata podría expiar el hecho de habernos puesto a todos al borde de una segunda legislatura Trump.
Pero si el equipo de Biden y el partido continúan escondiendo la cabeza en la arena, entonces que Dios nos ayude a todos.
*** Alana Moceri es profesora de Relaciones Internacionales en la IE School of Politics, Economics and Global Affairs.