Teodoro León Gross-ABC
- El bulo de la bomba-lapa de la UCO contra el presidente no es una noticia ‘fake’, sino el paroxismo de la mentira institucionalizada
Con seguridad no había modo mejor de celebrar el séptimo aniversario de la moción de censura que con el bulo de la bomba lapa. Ha sido un homenaje formidable, a la altura del discurso de Ábalos siete años antes, inaugurando el poder sanchista con un monólogo sobre la virtud moral en democracia entre ‘El club de la comedia’ y la ‘Historia universal de la infamia’. En definitiva, ya con perspectiva, si hay una seña de identidad inconfundible del sanchismo es la mentira.
El bulo de la bomba lapa de la UCO contra el presidente no es una noticia ‘fake’, sino el paroxismo de la mentira institucionalizada. La historia falsa en un medio sincronizado con Moncloa sólo era la coartada para lanzar a los ministros a repetir un mantra victimista con el que neutralizar a la fontanera y otros escándalos: «No voy a consentir que un cargo público de la Comunidad de Madrid fantasee con asesinar al presidente» (Óscar López); «es intolerable… se refiere al presidente del Gobierno con amenazas de muerte» (María Jesús Montero); «un exagente de la UCO, por cierto pagado y contratado por la señora Ayuso, amenaza incluso con poner bombas lapa bajo el coche del presidente del Gobierno» (Pilar Alegría). Para entonces ya estaba desmentida la noticia, pero no iban a permitir que la verdad les estropease lo planificado por la máquina de fango. De ahí el sostenella… Óscar López, ministro competente para la lucha contra los bulos con una ley de medios ya casi ultimada, mintió sobre la mentira: «No verán ustedes un corte mío con ninguna falsedad…». Y Pilar Alegría, en la misma Moncloa, le puso el estrambote grotesco: «Un medio de comunicación ha considerado que se podía interpretar de otra manera». Es la versión baturra de Kellyanne Conway, aquella portavoz de Trump de los «hechos alternativos».
Un guionista talentoso no habría diseñado un homenaje equiparable para el séptimo aniversario de la moción de censura o VII Año Triunfal del Sanchismo. Esto es ya ese agujero negro que intuyó Hannah Arendt en su ensayo sobre ‘La mentira en política’: «Mentir constantemente no tiene como objetivo hacer que la gente crea una mentira, sino garantizar que ya nadie crea en nada. Un pueblo que ya no puede distinguir entre la verdad y la mentira no puede distinguir entre el bien y el mal. Y un pueblo así, privado del poder de pensar y juzgar, está, sin saberlo ni quererlo, completamente sometido al imperio de la mentira. Con gente así, puedes hacer lo que quieras». Los clips con las mentiras de los ministros se viralizaron en las redes como alpiste para su clientela electoral entusiasmada. Precisamente esa extinción de los hechos es el trumpismo pero también el sanchismo. Desde el pacto con Podemos o Bildu a la amnistía y el cupo… por las cloacas del sanchismo fluye un lodazal de mentiras que no hay fontanera, en Ferraz o en el Tribunal Constitucional, capaz de limpiar. Se ve que ya les vale.