El nuevo alcalde pide la «desaparición de todas las violencias», pero elude mencionar a ETA como le exigieron los portavoces de PSE y PP
El cambio ha llegado a San Sebastián y lo ha hecho, como en la mayoría de ayuntamientos de Guipúzcoa, de la mano de Bildu. Juan Karlos Izagirre cogió ayer el bastón de mando de manos de su predecesor, el socialista Odón Elorza. El que ha sido regidor de la capital en los últimos veinte años optó finalmente por asistir al pleno de su relevo, después de asegurar en varias ocasiones que no tenía «sentido» estar presente. Fue, de hecho, quien cedió la makila a Izagirre, que alzó el bastón de mando tanto dentro como fuera del ayuntamiento. Una imagen que buscó, dijo, como símbolo de la política de «puertas abiertas» que quiere liderar durante los próximos cuatro años.
El nuevo primer edil cierra la ‘era Elorza’ con un equipo en minoría de 8 concejales, aunque, en su opinión, la «gobernabilidad» está asegurada. «Estamos dispuestos a trabajar conjuntamente», advirtió a los grupos de la oposición, que, a su vez, le trasladaron la necesidad de que la ciudad «no se pare».
Izagirre fue uno de los alcaldes más madrugadores en tomar posesión. El pleno se celebró a las nueve de la mañana porque el edificio debía quedar libre a las doce para acoger las bodas que estaban reservadas desde hace meses. El candidato de la izquierda abertzale resultó elegido según lo previsto, por encabezar la lista más votada. No obtuvo la mayoría absoluta necesaria en la primera votación secreta. Los socialistas, tras renunciar los siete primeros a ser candidatos a alcalde, depositaron sus papeletas con el nombre de quien será su nuevo portavoz del grupo, Ernesto Gasco. El sustituto de Odón en el PSE loca obtuvo también los seis votos del PP, que renunció a presentar a Ramón Gómez para dejar constancia de que Bildu ha obtenido la Alcaldía con menos apoyos que la segunda fuerza de la ciudad. De hecho, Gasco se quedó a un solo apoyo de conseguir la mayoría absoluta
El PNV, que desde el 23 de mayo ya adelantó que la ‘era socialista’ en San Sebastián había tocado a su fin, empleó sus seis papeletas para respaldar a su aspirante, el hasta ahora diputado foral Eneko Goia. Un gesto que recibió fuertes críticas por parte de socialistas y populares al haber rechazado Sabin Etxea un pacto a tres en detrimento de Bildu. El resultado, por tanto, no causó sorpresas y, frente a las caras largas de la mitad del plenario, el resto, público incluido, celebró con aplausos y varios ‘Gora Donostia’ la proclamación de Izagirre, quien hasta ahora era médico de profesión.
Derechos civiles para todos
El nuevo regidor abrió su discurso con unos versos en euskera. Luego pidió al resto de partidos «aunar fuerzas» para «impulsar la participación democrática». Izagirre aseguró estar «preparado» para asumir «la gran responsabilidad» que le han conferido los ciudadanos, y señaló que su primer reto, «como el de toda Euskal Herria» es «conseguir una situación democrática», donde «se acepten todos los derechos civiles y políticos de todos».
El alcalde reclamó la desaparición «para siempre y sin condiciones de todas las muestras de violencia, así como las amenazas, presiones, persecuciones, detenciones y torturas». En este sentido, quiso tener un recuerdo para «las víctimas», aunque evitó mencionar a ETA durante su intervención. Algo que no pasó desapercibido para los portavoces de PSE y PP que le exigieron que condenara la actividad de la banda terrorista. Tanto Gasco como Gómez hicieron un llamamiento para que Izagirre pidiera la disolución de la organización armada. Una solicitud «necesaria» para que «todos seamos realmente libres».
El primer edil les respondió asegurando que e el Ayuntamiento donostiarra «será un agente de primer nivel» en la «normalización política de este pueblo». Luego salió a saludar a la balconada donde 200 simpatizantes le aplaudieron entre gritos a favor de la independencia.