EL CORREO 04/12/12
Pernando Barrena dice que la antigua Batasuna está dispuesta «a todo» por la paz, pero rechaza que cualquier víctima tenga un papel político.
BILBAO. La antigua Batasuna reiteró ayer su disposición a sumarse a la búsqueda de la convivencia en Euskadi en el escenario abierto por el «cese definitivo» de ETA, pero con una condición concreta. Que ese camino no suponga una renuncia explícita a su trayectoria, en la que se plegó durante décadas a la estrategia de la banda terrorista, como denuncian la mayoría de los partidos. El dirigente navarro Pernando Barrena anunció ayer que la izquierda abertzale está «dispuesta a todo con mayúsculas» para contribuir a la consolidación de la paz en el país, aunque marcó un límite en ese eventual proceso. Barrena apostó por arrimar el hombro siempre y cuando a la izquierda abertzale no se la pida que «abjure de su pasado porque no lo va a hacer». A su juicio, la corriente ideológica que él representa está «muy orgullosa de lo aportado a la lucha por la libertad de este pueblo».
Las declaraciones de Pernando Barrena difieren en cierta manera con el fondo y el tono del reciente discurso pronunciado por él mismo en el homenaje al político catalán y titular de Sanidad en el Gobierno de Felipe González Ernest Lluch, asesinado por ETA hace 12 años. En el acto, celebrado en Barcelona con la participación de otras víctimas y la asistencia de una hija del exministro, que despidió con un beso a Barrena, el dirigente independentista mostró el «profundo pesar» por los atentados perpetrados por la banda y la actitud cuando menos silente de la antigua Batasuna sobre unos ataques terroristas que, como el que acabó con la vida de Lluch, le «revuelven personal y políticamente».
Aunque circunscribió el cuestionado comportamiento ético de la izquierda abertzale a «la crudeza de la confrontación» entre España y Euskadi, la «represión» y la «guerra sucia», Barrena no tuvo reparos para hablar con claridad desde la aflicción. «Como portavoz de la izquierda abertzale-Sortu, quisiera dejar constancia de nuestro profundo pesar, tanto por las consecuencias trágicas derivadas de la actividad de ETA como por nuestra posición política con respecto a las mismas, en la medida en que ésta haya podido suponer –aunque no de manera intencionada– un dolor añadido o un sentimiento de humillación para las víctimas. Simple y llanamente, lo sentimos, y lo sentimos mucho; verdaderamente nunca fue nuestra intención», explicó.
Barrena subrayó ayer que su participación en ese homenaje, que contaba con el respaldo de Arnaldo Otegi, fue «muy interesante tanto a nivel humano como político» porque le permitió exponer una posición «autocrítica delante de víctimas de ETA» y de grupos «parapoliciales y de ultraderecha». El dirigente de la izquierda abertzale destacó, en declaraciones a Onda Vasca, que «siempre van a respetar el derecho» de los afectados por la violencia a «decir lo que quieran», pero se mostró «radicalmente contrario» a que cualquier víctima asuma «un papel político en el proceso». En su opinión, la «condición» de damnificado «no otorga ningún plus que no se tenga ya por ser ciudadano».
«Mucho que hacer y decir»
Barrena avisó que a la izquierda abertzale no se la puede pedir que «dé la razón a los que mantienen otras posiciones» y reiteró que «no va a abjurar de su pasado» en la búsqueda de la reconciliación pendiente, a pesar de que ésta es una de las exigencias del resto de fuerzas políticas. Los partidos coinciden en reclamar a la antigua Batasuna que realice una «revisión crítica» de su actitud de connivencia con la violencia, anterior a su reciente decisión de apostar por las vías «exclusivamente pacíficas».
De hecho, PP y UPyD han elevado ya sendas solicitudes para que el nuevo Parlamento vasco debata y apruebe una condena a ETA con el fin de que se visualice la postura de EH Bildu. «No tenemos memoria de pez», ha advertido también el burukide vizcaíno del PNV Koldo Mediavilla, que emplaza al mundo de Batasuna a «aceptar, con la mayor naturalidad del mundo, su errática trayectoria pasada que tantos padecimientos causó».
Barrena, por su parte, insistió ayer en que la izquierda abertzale «tiene mucho que hacer y decir», y censuró al Gobierno del PP por «seguir pensando que aquí no ha cambiado nada», en una actitud «totalmente ajena a la realidad». «Hay que sanar las heridas del conflicto y buscar un acuerdo político que siente las bases de la convivencia democrática del futuro», planteó.
EL CORREO 04/12/12