DIARIO VASCO, 24/10/11
Afronta la nueva etapa con un plan de dos velocidades que incluye un impulso a la autodeterminación en la próxima legislatura
La izquierda abertzale trabaja ya en el futuro sin ETA. La formación independentista afronta tras el cese definitivo de la violencia una nueva etapa con una hoja de ruta de dos velocidades. La prioridad es ahora resolver las denominadas «consecuencias del conflicto» (presos, víctimas y desarme), mientras que la búsqueda de un acuerdo político en Euskadi a favor de la autodeterminación irá más despacio y se acelerará principalmente en la próxima legislatura vasca, a partir de 2013. En este contexto, la antigua Batasuna no resta importancia a la prudente respuesta del presidente del PP y previsible inquilino de la Moncloa, Mariano Rajoy, al anuncio de ETA. Una actitud que considera puede ayudar a avanzar a futuro en el campo ‘técnico’, en especial en el relacionado con los presos.
En todo caso, para seguir dando pasos, la izquierda abertzale necesita de una pronta legalización por el Tribunal Constitucional, que confía en que llegue antes de que acabe este año. La ronda del lehendakari, en la que podrían participar representantes de la formación independentista, dentro de la delegación que enviará Bildu -la ronda es con partidos o coaliciones con representación institucional-, puede ser un primer gesto implícito de reconocimiento de la legalidad del mundo de la antigua Batasuna, según fuentes solventes de este sector político.
El mundo de la antigua Batasuna se prepara, por tanto, para un proceso que asume será largo y costoso, pero con el convencimiento de haber cerrado con éxito una etapa abierta hace dos años que culminó el jueves con el anuncio de ETA de abandono de la violencia para siempre.
Ahora toca construir la paz y el modelo elegido es el de los dos carriles recogido en la propuesta de Anoeta, pero con una diferencia cualitativa: que el carril técnico se desvincula del político y se quiere resolver a mayor velocidad.
La izquierda abertzale espera que paulatinamente los gobiernos de España y Francia vayan adoptando medidas que flexibilicen la política penitenciaria. Un proceso que asumen que requerirá tiempo y que debe empezar por los presos enfermos, los acercamientos a cárceles vascas y la abolición de la doctrina Parot que alarga la estancia en prisión de los internos condenados a largas penas. A este respecto, el dirigente de la izquierda abertzale, Rufi Etxeberria, aseguró ayer en el diario Gara que van a «desarrollar una dinámica que se está preparando, que será personalizada en Arnaldo Otegi» para exigir su puesta en libertad «en el contexto de la exigencia de la vuelta a casa de todos los presos políticos». Otegi, actualmente preso, podría ser el candidato a lehendakari de la izquierda abertzale en 2013.
El desarme y desmantelamiento de las estructuras etarras es otro aspecto a abordar a corto plazo. En este sentido, la recién creada Comisión de Verificación Internacional, que ya no necesita controlar la tregua en tanto que es ya definitiva, favorecerá las tareas de desarme, en un importante trabajo discreto en el que es lógico pensar que contará con la colaboración del Gobierno.
La ilegalizada formación también está dispuesta a asumir compromisos en la línea de reconocer a las víctimas de ETA y el daño causado. La propia izquierda abertzale ha asumido la reflexión sobre el tema, aunque siempre dentro de sus cauces internos. Así, prevé impulsar un documento público sobre las víctimas aunque en el marco del Acuerdo de Gernika.
Valora la respuesta del PP
En este sentido, la izquierda abertzale valora la prudencia y moderación de la respuesta del posible inquilino de la Moncloa, Mariano Rajoy, y de los populares vascos al anuncio de cese definitivo de ETA, una actitud que, en su opinión, puede acercar soluciones sobre la situación de los presos. No obstante, la izquierda abertzale precisa que el hecho de situar la prioridad en el carril de las consecuencias no implica abandonar las reivindicaciones políticas del «reconocimiento nacional de Euskal Herria» y la autodeterminación. Lo dejó bien claro en la comparecencia del viernes en el donostiarra palacio de Miramar su dirigente Rufi Etxeberria, cuando dejó la frase de que «el cierre del ciclo armado no cierra el conflicto político».
Aquí es donde la formación independentista se apresta a escribir negro sobre blanco la estrategia política a seguir. El debate está sobre la mesa, a través de la ponencia ‘Concretando Zutik Euskal Herria’, adelantada por este periódico el pasado día 15. Este documento dibuja la necesidad de buscar un futuro acuerdo político con PNV, PSE-EE y PP -«las cuatro culturas políticas del país»- sobre el «derecho a decidir».
Un consenso que debería posteriormente ser aceptado por el Estado para permitir en un futuro la materialización de la opción de la independencia, una posibilidad que la izquierda abertzale no ve factible en el actual marco político.
El mundo de la antigua Batasuna empezará ahora a preparar papeles pero la primera previsión es impulsar a fondo el debate a través del Parlamento Vasco en la próxima legislatura, que se iniciaría en marzo de 2013 y a la que espera llegar con Sortu legalizada y con un gran resultado en las elecciones autonómicas. Una tarea para la que abogan por la vía de la «suma de fuerzas soberanistas», en línea con coaliciones como Bildu o Amaiur. De hecho, su intención es que Sortu, si logra ser legal, siga concurriendo a las urnas, en este caso las de los comicios de la Comunidad Autónoma Vasca, junto a EA, Aralar, Alternatiba y otras fuerzas que se puedan adherir en el camino.
Ya en la próxima legislatura, la izquierda abertzale no se atreve a fijar un plazo para lograr el acuerdo entre todos los partidos sobre el futuro marco político. Un pacto al que también aspira el PNV y que se presenta como uno de los grandes retos para los partidos vascos una vez desaparecida ETA.
«Credibilidad y seguridad»
Esta hoja de ruta se asienta sobre la nueva apuesta política por vías exclusivamente políticas, emprendida por el mundo de Batasuna tras el fallido proceso de paz de 2006, con la meta clara de que la lucha armada debía desaparecer. Un objetivo capitaneado por Arnaldo Otegi, Rufi Etxeberria y Rafa Díez Usabiaga, entre otros, y que la izquierda abertzale considera cumplido. En este aspecto, entienden clave y estratégico haber recuperado la «credibilidad de la mayoría social» y haber interiorizado en la ciudadanía «seguridad» en torno a la seriedad de la apuesta contra la violencia, consideran las fuentes consultadas.
La izquierda abertzale confía en que la nueva etapa abierta el jueves, y la «claridad» de los estatutos y posicionamientos de este sector político en su rechazo a la violencia de ETA, culminen en la legalización de Sortu. El Tribunal Constitucional tiene pendiente resolver el recurso de la nueva formación, que ya no llegará a las generales. La izquierda abertzale confía en lograr la vuelta a la legalidad antes de final de año, previsiblemente antes de la formación del nuevo gobierno central.
El lehendakari y los socialistas ya han sugerido que una vez que ETA dejara la violencia, la izquierda abertzale debe ser legalizada. El posible encuentro que mantendrá con representantes de este sector, dentro de la ronda de partidos convocada, puede ser un primer paso para facilitar la salida de la clandestinidad de la antigua Batasuna.
DIARIO VASCO, 24/10/11