EL PAÍS, 9/7/2011
En un día de nítidos mensajes sobre el futuro del País Vasco sin violencia, la izquierda abertzale se encargó de asegurar que «la lucha armada no sirve para la estrategia independentista» y que la «estrategia independentista se debe desarrollar exclusivamente por vías pacíficas y democráticas».
Fue el diagnóstico que realizó ayer, en San Sebastián, el exalcalde de Elorrio Niko Moreno mientras valoraba el juicio contra Arnaldo Otegi y otros dirigentes de la izquierda abertzale en el denominado caso Bateragune. De hecho, este bloque político dejo claro que «pese a todas las agresiones», se mantiene «firme» en su apuesta por desarrollar un proceso «que nos lleva a la resolución definitiva del conflicto y a un escenario de paz y democracia». «Que nadie tenga ni las mínima duda, la izquierda abertzale mantendrá su apuesta, sin recular ni un solo milímetro», recoge Vasco Press,
Moreno, que estaba acompañado en la rueda de prensa por Rufi Etxeberria, Miren Legorburu y Aitor Bezares, entiende que el juicio del caso Bateragune pretende «cortocircuitar» y «condicionar» la apuesta por las vías políticas de la izquierda abertzale y el «nuevo escenario» que en su opinión se abre con él.
A su juicio, el proceso es la «respuesta de Madrid» a la «nueva fase política» abierta, en cuyo desarrollo las personas juzgadas tienen una «gran responsabilidad» y a la que han realizado una «aportación política y teórica muy importante», en una clara referencia, principalmente, a Arnaldo Otegi y Rafa Díez Usabiaga.
Respaldo electoral
Los portavoces de la izquierda abertzale consideran, a su vez, que su proyecto ha recibido un «enorme respaldo» tras el éxito electoral de Bildu en las últimas elecciones, «mientras que las fuerzas españolistas, aquellas que defienden el bloqueo, han perdido posiciones».
En este sentido, estiman que PP y PSOE «solo persiguen aferrarse al pasado y poner nuevos obstáculos al nuevo escenario». Por esta razón, creen que existe un «gran pulso entre la ola de energía e ilusión desatada en nuestro pueblo y la voluntad de Madrid por condicionarla». Del mismo modo, han atribuido a este «impulso político» las «escandalosas peticiones» de condena efectuadas por la Fiscalía contra los procesados.
EL PAÍS, 9/7/2011