DIARIO VASCO, 27/2/12
Admite «insensibilidad» pero pide al Gobierno que tampoco «eluda su responsabilidad». Propone una comisión de la verdad «neutral» para compilar lo ocurrido en Euskadi
La izquierda abertzale marcó la fecha de ayer como un nuevo hito dentro del «tránsito» que desde 2010 está realizando hacia la pacificación y normalización en Euskadi. El reconocimiento del «dolor añadido o sentimiento de humillación» causado a las víctimas de ETA con su actitud ante los atentados constituye un paso más en ese camino, y así quiere esta corriente que se interprete. Se trata de un gesto «sincero», afirman, que se enmarca dentro de la nueva propuesta que realizan para solucionar «las consecuencias del conflicto» y poder encarar el debate político, según la guía que para ellos marca la declaración de Aiete. «Reconocemos sin ambages que, en la crudeza del conflicto, nos ha faltado hacia unas víctimas la sensibilidad mostrada con otras», manifestaron los dirigentes independentistas en un acto en San Sebastián, en el que instaron a su vez a los Estados español y francés a «no eludir su responsabilidad» para con «los hombres y mujeres de este país que han sufrido en sus propias carnes la política represiva y de guerra sucia».
Para la izquierda abertzale «es crucial reconocer todo el sufrimiento padecido» y, por la parte que saben que les corresponde, hicieron autocrítica y expresaron, con «términos políticos», su «profundo pesar» tanto por el daño ocasionado por ETA como «por nuestra posición política, en la medida en que haya podido suponer, aunque no de manera intencionada», más sufrimiento a los afectados por el terrorismo. El sector de la antigua Batasuna trata así de romper la barrera con las víctimas de ETA, pese a que es consciente de las críticas y de que debe dar aún más pasos. En ese sentido, la exigencia de otros partidos para que reclame la disolución de ETA no ejerce presión sobre esta corriente, que sitúa ese escenario como punto final del «proceso ordenado» que lleve a superar el estadio de las cuestiones técnicas, las que se refieren a víctimas, presos o desarme, y dé paso al del debate político. El documento ‘Viento de solución’, expuesto ayer en el Kursaal por Maribi Ugarteburu, alude a esas «consecuencias del conflicto» y a la «necesidad de una justicia transicional» que les dé salida. Entre ellas, insta a «desmilitarizar nuestro país», tanto por parte de ETA, que «deberá deshacer sus estructuras militares y poner las armas fuera de uso», como por parte de «los Estados español y francés» a los que emplaza a «deshacerse, o readecuar, los operativos armados y represivos creados» -en referencia a las fuerzas de seguridad del Estado-, además de reclamar el fin de las legislaciones «de excepción».
En su intento por acometer una reparación global a las víctimas de «las diversas manifestaciones de violencia» y «sin querer proceder a ninguna clasificación del dolor», la izquierda abertzale fija también la necesidad de «conocer la verdad» de lo ocurrido. Para ello, plantea la constitución de «una comisión de la verdad» de carácter internacional, que recoja y compile de forma «neutral» los distintos relatos que existen. «Entendemos que dicha comisión es fundamental no solo para conocer lo acontecido, sino también para situar las bases con las que evitar que en el futuro se vuelva a producir nada similar», defiende la izquierda abertzale que no ve posible que desde Euskadi, con las partes implicadas como protagonistas, se pueda llegar a esa «verdad».
La garantía «de no repetición» además, considera esta corriente, debe estar sustentada en un «diálogo incluyente, ineludible e inaplazable» que permita un «acuerdo democrático» sobre los principios Mitchell, en los que se expresa el compromiso con los medios democráticos y pacíficos y la renuncia a todo tipo de violencia. Y sobre el reconocimiento de «Euskal Herria como sociedad plural, no como esencia», y de sus derechos, incluido el de decidir su futuro. Asumir ese derecho de autodeterminación, aseguran los dirigentes abertzales, «no significa predeterminar ningún proyecto político, sino otorgar a la sociedad la capacidad de decidir».
DIARIO VASCO, 27/2/12