EL PAÍS, 6/9/11
«Tiene en su mano verificar el alto el fuego y no lo hace», sostiene la antigua Batasuna, que trabaja «internamente» para reconocer a las víctimas de las «dos partes»
A pesar de que el Gobierno ha dejado claro que no hará gestos hacia ETA ni establecerá conversaciones con la banda mientras esta no anuncie su final definitivo, la izquierda abertzale insiste en pedir gestos al Ejecutivo. La antigua Batasuna ha acusado al Gobierno de no dar «ni un solo paso en la dirección constructiva que se le pedía en las declaraciones de Bruselas y Gernika». «Tiene en su mano la verificación del alto el fuego y no lo hace», ha recalcado Txelui Moreno.
Varios de sus dirigentes -Txelui y Niko Moreno, Tasio Erkizia y Miren Legorburu- han comparecido hoy en Bilbao para hacer balance del primer año transcurrido desde que la banda anunciara el «cese de las acciones armadas ofensivas», al que siguió en enero pasado el anuncio de un alto el fuego «de carácter general» y «verificable internacionalmente». La rueda de prensa incluyó turno de preguntas, en el que los presentes eludieron concretar si esperan un comunicado de ETA próximanente.
«ETA ya ha dado unos pasos concretos y determinados, la izquierda abertzale ha dado unos pasos concretos y determinados, la sociedad vasca está demandando que esto vaya hacia delante», ha declarado Moreno. «Si la otra parte no se mueve, creo que la sociedad va a hacer que se mueva el PSOE y el PP», ha añadido. Además, la exBatasuna considera «imprescindible» la legalización de su nueva marca electoral, Sortu, pendiente de un recurso ante el Tribunal Constitucional, así como el cese de la supuesta «estrategia de criminalización» contra la izquierda abertzale, que ha regresado a las instituciones a través de la coalición Bildu.
Moreno ha reclamado al Gobierno que dé «pasos» para avanzar en el proceso de paz y ha deseado que lo haga «al unísono y llegando a acuerdos con el PP». El Gobierno central y el vasco coinciden en la necesidad de mantener la firmeza ante la banda y la antigua Batasuna para que culminen el recorrido que desembocará en el final definitivo de la violencia.
Sus dirigentes también han anunciado que están trabajando «internamente» y «con mucha discreción» en un texto en el que se «reconoce a las dos partes de las víctimas que otros no quieren reconocer». Moreno ha asegurado que el tema de las víctimas es «muy serio como para andar aireándolo y confrontándolo en los medios de comunicación» y que la izquierda abertzale prefiere «trabajarlo, como estamos haciendo, con mucha discreción».
En cualquier caso, ha adelantado que en el «trabajo» que sobre este asunto está elaborando la izquierda abertzale no se hace «una utilización de las víctimas como otros están haciendo» y, además, se «reconoce a las dos partes de las víctimas que otros no quieren reconocer».
Moreno también se ha referido a la situación de los presos de ETA y ha reclamado al Gobierno que les reconozca como interlocutores, «como se ha hecho en otros procesos, como en Irlanda, donde los presos (de IRA) participaron activamente con sus debates y sus propuestas». Y se ha mostrado reacio a una salida individual para cada uno de los reos, que reconociendo el daño causado y desmarcándose definitivamente de la disciplina de la banda pueden acogerse a los beneficios penitenciarios previstos en la legislación.
El portavoz de la izquierda abertzale ha reclamado al Gobierno que «posibilite» un debate «con todas las garantías» entre los presos de ETA, algo que ahora no es posible, según ha sostenido, porque «se les tiene aislados entre ellos». También ha asegurado que Instituciones Penitenciarias ha negado a los firmantes del Acuerdo de Gernika la posibilidad de reunirse con presos de la banda para explicarles el contenido del mismo.
Moreno también se ha referido a las palabras del presidente del PNV, Iñigo Urkullu, quien hoy ha alertado del riesgo de escisión de ETA, y las ha achacado a «filtraciones policiales, del CNI, que intentan torpedear el proceso» y que luego «se quedan en agua de borrajas».
EL PAÍS, 6/9/11