EL PAÍS, 21/8/11
Dirigentes de Bildu creen que sus declaraciones causan rechazo social
El diputado general de Gipuzkoa, Martín Garitano, máximo representante institucional de Bildu, genera con su actitud y sus declaraciones no sólo el rechazo generalizado de los partidos mayoritarios en España. También ha logrado extender la preocupación a Bildu y, particularmente, al núcleo de la izquierda abertzale que hace dos años puso en marcha con éxito el proceso que culminó en mayo con su regreso a las instituciones. Su última declaración, el viernes, al reconocer que los atentados de ETA en Cataluña fueron «más que un error» y obviar los cometidos por la banda terrorista en el resto de España, ha vuelto a levantar ampollas entre las víctimas y en el PSOE y en el PP.
Llueve sobre mojado. El 31 de julio, festividad de San Ignacio, se trasladó a Loyola (Gipuzkoa). En la fiesta del patrono, el diputado general de Bildu se reunió con familiares de presos de ETA, pero evitó tener un gesto de reconocimiento hacia Inaxio Uria, una de las últimas víctimas de la banda, asesinado a escasos metros del lugar. Repitió lo mismo en las fiestas de Vitoria, a primeros de agosto, donde se dejó ver sólo con familiares de presos de ETA.
Cuando se le interpela sobre las víctimas del terrorismo, responde automáticamente que «ya llegará el momento de reflexionar sobre el dolor ajeno».
En las últimas dos semanas, Garitano había desaparecido de la escena y daba la impresión de que se había hecho eco de algunas de las preocupaciones de una parte de Bildu. Pero sus declaraciones del viernes demuestran que no hay tal.
El hecho es que Garitano está empañando el complicado trabajo de ganar credibilidad en su apuesta por el rechazo a la violencia, en el que se empeñó desde noviembre de 2009 el núcleo dirigente de la izquierda abertzale, como Arnaldo Otegi, Rafael Díez Usabiaga y Rufi Etxeberria, según señalan fuentes próximas a esta formación.
El rotundo desmarque de la violencia de ETA que Otegi hizo en julio en el juicio sobre Bateragune en la Audiencia ve amenazada su credibilidad por la actitud «prepotente» del máximo representante institucional de Bildu. Empaña, también, la declaración de principios en contra de la violencia de ETA y de reconocimiento de las víctimas, que Íñigo Iruin y Rufi Etxeberria hicieron el 7 de febrero, recogida en los estatutos de Sortu. La consecuencia de todo es que crea un clima de opinión contrario a Bildu y a la legalización de Sortu, la marca específica de la izquierda abertzale.
En la izquierda abertzale niegan que la posición de Garitano obedezca a una estrategia calculada. La atribuyen a su carácter y afirman que actúa por su cuenta. Ponen como ejemplo la actitud del alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izagirre, también de Bildu, que no genera el rechazo de Garitano ni en sus declaraciones ni en su estilo.
Algunos recuerdan que Garitano fue un candidato sorpresa. El candidato para diputado general por Bildu era otro. Se habló de Josu Juaristi, pero, finalmente, no pudo concurrir. Garitano fue un candidato de última hora cuando, además, Bildu no pensó que llegaría a gobernar Gipuzkoa.
EL PAÍS, 21/8/11