Rufi Etxeberria niega una «relación orgánica» con la organización. El testigo asegura que el exportavoz de Batasuna abrió un «debate histórico» entre la militancia
La segunda sesión del juicio que se sigue en la Audiencia Nacional por el caso Bateragune estuvo marcada de nuevo por los intentos de los dirigentes de la izquierda abertzale, testigos y procesados, de reforzar su tesis de que Arnaldo Otegi, lejos de tratar de refundar Batasuna a las órdenes de ETA, lo que pretendía cuando fue detenido en 2009 era forzar al mundo de la formación ilegalizada a romper definitivamente con la organización terrorista.
Al igual que Otegi y el resto de acusados, Rufi Etxeberria, que declaró en calidad de testigo, situó el atentado de Barajas, tras el fracaso de las conversaciones de Loiola, como el momento en el que la izquierda abertzale comenzó la reflexión para desarrollar «una nueva estrategia». «Teníamos una izquierda abertzale inmadura para recorrer el camino de cierre definitivo del conflicto político», aseguró.
Cuando el dirigente abertzale entró en la sala para declarar se abrazó efusivamente con Otegi y se produjo un incidente con la presidenta del tribunal, Ángela Murillo. Ella le preguntó, como es preceptivo, si conocía a alguno de los procesados. Luego recapacitó: «¡Le conoce y le quiere una barbaridad, por lo que se ve!», le espetó a Etxeberria. Cuando le preguntó si tenía algún interés en la causa, el testigo le respondió que sí, el de que «todos los encausados salgan absueltos». La juez apostilló: «Entonces, usted de imparcial poco ¿no?». Parece que a la magistrada extremeña se olvidó ayer de que el pasado febrero el Supremo le anuló una condena de dos años de cárcel a Otegi por mostrar «prejuicios de culpabilidad» por sus comentarios extemporáneos durante la vista.
Contactó con Otegi
Etxeberria explicó que la izquierda abertzale quedó «desarticulada» en noviembre de 2007, cuando fueron detenidos en Segura los dirigentes que estaban tratando de reconstituir su Mesa Nacional. Por eso, cuando salió de prisión en septiembre de 2009, se puso en contacto con Otegi y éste le explicó que la izquierda abertzale estaba afrontando «un debate interno» que «por sus palabras parecía que podía ser histórico». La reflexión se plasmó en un documento «prácticamente ultimado» en octubre de ese año, cuando se empezó a distribuir entre la militancia.
Cuando el fiscal Vicente González Mota le preguntó si el documento fue elaborado por Bateragune o por un comité de coordinación de la izquierda abertzale, aseguró que se trataba de un «grupo dinamizador» formado por «personas de procedencias diversas que confluyen en una idea». «No había una estructura, había un vacío», indicó. Además, incidió en que no existía una «relación orgánica» con ETA. También remarcó que la organización terrorista no tuvo «ninguna intervención» en el debate. Incluso señaló que la discusión interna se decidió que «el ciclo de la lucha armada se debía acabar de una vez por todas» y agregó que quienes están en el banquillo «son las personas claves; a partir de ese momento hay una nueva situación en este país». Negó que Otegi buscara refundar la Mesa Nacional de Batasuna a través de Bateragune.
Sobre su relación con los acusados, dijo que sólo acudió tres veces a sus reuniones y una de ellas para saludar al exsecretario general de LAB Rafa Díez Usabiaga. Añadió que cuando se produjeron las detenciones, el 14 de octubre de 2009 en la sede de ese sindicato en San Sebastián, no estaban haciendo nada especial. «Estábamos pasando el rato, esperando a Rafa», contó.
También declaró ayer como testigo Ainhara Oiz Elorriaga, amiga de Miren Zabaleta, quien admitió que tras la detención de la acusada se llevó de su domicilio documentos que encontró en su habitación, al ser «parte de su vida personal e íntima».
La declaración de siete agentes que participaron en las vigilancias y las detenciones completó la segunda jornada del juicio, que sigue hoy.
Por su parte, la portavoz del Gobierno Vasco, Idoia Mendia, lamentó ayer que Otegi no hiciera las declaraciones del lunes sobre ETA cuando ésta rompió la anterior tregua.
Mientras, el movimiento Eleak celebró un acto en la plaza Zuloaga de San Sebastián contra el juicio.
DIARIO VASCO, 29/6/11