EL MUNDO, 1/11/11
Afirma que ignorar el ‘conflicto’ es ‘negar el diálogo’ para su solución
Le acusa de estar ‘enquistado en viejos esquemas’ y vivir ‘absorto’
La izquierda abertzale ha catalogado de «irresponsabilidad absoluta» negar «la existencia del conflicto político» en Euskadi y ha acusado al lehendakari, Patxi López, de estar «enquistado en los viejos esquemas» y vivir «absorto en una realidad virtual».
En un comunicado de prensa, la izquierda abertzale ha querido responder a las manifestaciones del lehendakari en el Comité Nacional Extraordinario del PSE-EE celebrado este domingo en las que señalaba que «el único conflicto existente era ETA» y ha puntualizado que negar la existencia del conflicto político es tanto como «negar el diálogo que nos lleve a encarar la solución definitiva al mismo».
«Desde que accedió a Ajuria Enea gracias a una mayoría trucada y trampeada, Patxi López vive absorto en una realidad virtual, completamente alejado del sentir de la mayoría social y política del país, que no entiende la actitud del lehendakari», han denunciado.
A su juicio, llevar al terreno de las «obsesiones particulares» cuestiones como «el reconocimiento nacional o el derecho a decidir» es desvirtuar la realidad de un «conflicto de carácter histórico, cuya existencia sólo ponen en duda aquellos que imponen su proyecto españolista».
La izquierda abertzale considera que «este país» está necesitado de «soluciones definitivas en clave democrática» sobre dos pilares fundamentales: «el reconocimiento como nación y su derecho a decidir».
«La gran tarea que nos corresponde realizar a todos es la de un ejercicio democrático que culmine en un acuerdo incluyente entre todas las culturas políticas del país, donde absolutamente todos seamos ganadores», han indicado.
En este sentido, la izquierda abertzale considera que López tiene ante sí dos opciones: «Seguir en actitudes de negación del conflicto, dando la espalda a la demanda que en este sentido plantea la mayoría social de este país o adoptar una actitud constructiva hacía los nuevos tiempos, demostrando de una vez la talla política que su cargo le exige».
EL MUNDO, 1/11/11