EL MUNDO – 08/05/16
· La CUP, ERC y BComú llaman a la «desobediencia» en una marcha sin rostros ‘convergentes’.
· La izquierda independentista catalana utilizó ayer las calles de Barcelona para demostrar su alejamiento de Convergència y ratificar su apuesta por abrazar la vía de la «desobediencia y la unilateralidad».
La CUP, ERC y Barcelona en Comú (BComú) marcharon unidos bajo el lema Por las libertades, avancemos. Que ningún tribunal nos haga callar, en una manifestación que derivó en un nuevo enfrentamiento entre el partido de Carles Puigdemont y sus colaboradores en el Parlament de Cataluña.
La ausencia de rostros convergentes en una concentración que instaba a desatender las órdenes del Tribunal Constitucional (TC) llevó a los promotores de la protesta a considerar que CDC se está «autoexcluyendo» en la contienda por defender el proceso soberanista de la legalidad estatal.
«El procés empezó en la calle, continúa en la calle y acabará en la calle», proclamó el diputado anticapitalista Benet Salellas, antes de sugerir al ex conseller Francesc Homs que «abandone sus privilegios, deje la vieja política y participe, como cualquier otro, en la construcción de la República catalana». El dirigente de CDC había tratado de deslegitimar la manifestación acusando a la CUP de «estar rompiendo la sonrisa del independentismo» al utilizar términos impropios del «lenguaje del país» como la «desobediencia», pero la respuesta del partido que permite a Puigdemont ser presidente de la Generalitat no pudo ser más contundente. «El proceso no pertenece a ningún partido. No hay partidos y partiditos y sólo obedeceremos a nuestra gente. El camino hacia la independencia no tiene freno y, si tenemos que adoptar la vía unilateral, la adoptaremos», advirtió Salellas.
También ERC lanzó un aviso velado a Convergència. El republicano Joan Tardà se declaró «convencido» de que «nadie traicionará la voluntad del pueblo de liberarse». «Todo ya depende de nosotros», añadió y, como la CUP, sólo prometió «obediencia al Parlament».
BComú completó esa suerte de tripartito que ayer defendió a los cargos municipales que continúan defendiendo la declaración soberanista aprobada el pasado 9 de noviembre pese a estar suspendida por el TC, y se rebeló contra la decisión del Alto Tribunal de tumbar la ley catalana contra los desahucios.
El partido de Ada Colau desplazó hasta la manifestación a uno de sus tenientes de alcalde abiertamente independentistas. Jaume Asens justificó su presencia como «un acto de coherencia democrática» ante una «ofensiva judicial sin precedentes».
Al frente de la concentración, que congregó a alrededor de un millar de personas y culminó frente al Palau de la Generalitat, también hubo representantes de Òmnium Cultural y la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), pero no de la ANC.
EL MUNDO – 08/05/16