EL CONFIDENCIAL 17/11/16
· La crisis del psoe desbarata el congreso
· La debilidad de un Gobierno sostenido por solo 137 diputados, la crisis interna de un PSOE pendiente de Podemos y la posición ambivalente de Ciudadanos marcan la XII Legislatura
La debilidad de un Gobierno sostenido por solo 137 diputados, la crisis interna de un PSOE pendiente de Podemos y la posición ambivalente de Ciudadanos marcan ya el arranque de una legislatura que empieza marcha atrás después de formarse el Gobierno. Horas antes de que el Rey inaugure hoy solemnemente la XII Legislatura, los grupos parlamentarios rompieron el acuerdo de reparto de cargos parlamentarios, el único suscrito por consenso, y la mayoría de la Cámara (PSOE, Podemos, Ciudadanos y los nacionalistas) sacaron adelante la primera proposición de ley que toma en consideración la Cámara desde hace un año, pero para derogar una ley (la Lomce) sin tener en cuenta la oferta de pacto del Ejecutivo en la materia.
La presunta legislatura de los pactos empieza con acuerdos rotos. El veto del PSOE a que Jorge Fernández Díaz presida la comisión de Asuntos Exteriores del Congreso o cualquiera otra 12 horas después de que su portavoz, Antonio Hernando, sostuviera en público que no lo iba impedir para cumplir su palabra deja sin presidentes dos comisiones parlamentarias porque tampoco admiten que el exministro se ocupe de la del Tribunal de Cuentas.
El PP tuvo que recurrir a una plaza ya ocupada como primer grupo de la Cámara sin necesidad de votación alguna, la presidencia de la Comisión de Peticiones, para recolocar a Fernández Díaz, a costa de retirar del cargo a su diputada Pilar Rojo.
La misma división socialista que deja ver ese cambio de opinión se traslada a la comisión de Justicia, cuya actual presidenta, la ‘independiente’ Margarita Robles, tiene los días contados en el puesto por saltarse la disciplina del grupo socialista, al no abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy. La gestora ha decidido sustituirla por alguien fiel a la actual dirección, pero luego necesita que los demás grupos, el primero el Popular, den el visto bueno. En total, quedan cuatro órganos del Congreso sin constituir o pendientes de cambios en sus presidencias: Exteriores, Tribunal de Cuentas, Justicia y Peticiones.
La ruptura del pacto de reparto de presidencias en la Cámara fue anunciada por la gestora del PSOE a las más altas instancias del PP, con la justificación de que los problemas internos (el choque de intereses entre los distintos sectores del partido) amenazaban con reproducirse en otra votación (la de Fernández Díaz) en la que Podemos buscaba el protagonismo absoluto desde la oposición.
En el PP ven una «cacería personal» de la oposición en el caso del exministro, pero les preocupa más el fondo de la cuestión: que los socialistas rompan o eviten pactos con el Gobierno por su obsesión con que Podemos no capitalice el papel de oposición. «Y a Iglesias nunca le van a ganar en populismo, demagogia y radicalidad», apuntan en fuentes del Grupo Popular.
Para completar un panorama más que complicado para el arranque de la legislatura, el Gobierno se encuentra con que su presunto aliado, Albert Rivera, se apunta a la primera operación de acoso contra el gabinete recién elegido, como es la derogación de la Lomce por vía de una proposición de ley pactada entre los grupos de la izquierda, PSOE y Podemos, y apoyada por nacionalistas e independentistas.
«Era mejor votar el 18 de diciembre»
«Para esto era mejor haber ido a votar el 18 de diciembre» o «como sigan así, en mayo a convocar elecciones y a ver qué pasa con el PSOE y ‘Riverita», comentaban algunos diputados del PP al ver cómo respondían socialistas y Ciudadanos a su oferta de pacto de Estado en materia de educación y a que se constituya ya una subcomisión parlamentaria para la reforma consensuada, que no derogación, de la Lomce. Las mismas frases se repitieron a la mañana siguiente al constatarse el veto a Fernández Díaz.
En el Ejecutivo siguen empeñados en que la legislatura arranque de una vez para aprobar al menos un primer proyecto de Presupuestos «razonables» que sirvan para cumplir los compromisos con la Unión Europea, pero, como repite Rajoy, si la oposición socialista y los presuntos socios de Ciudadanos no colaboran, se volvería al bloqueo político previo a la investidura.