- No olvidemos que el socialismo es enemigo del dinero, y de la libertad, siempre lo ha querido destruir eliminando su valor. De la Rusia de Lenin, a China, Cuba, Argentina y ahora Venezuela las inflaciones provocadas llegaron a hacer que sus monedas fueran meros residuos de valor
Como nos tiene acostumbrados, el Gobierno esconde tras una afirmación aparentemente cierta una inaceptable y enorme mentira. Me refiero a cuando dicen que gobiernan con los presupuestos de 2023 prorrogados. No incurro en contrasentido si digo que dicho aserto es posible, porque la gran estafa es gobernar en total desacuerdo con las mencionadas cuentas públicas. Son sus acciones las que son obscenas estafas a los españoles; es mentira que estén gobernando con base en dichos presupuestos.
Para gobernar con presupuestos prorrogados, los ingresos y gastos del Estado tendrían que ser los de aquel año, cuando lo cierto es que ambos se han disparado. La deuda y déficit público debieran coincidir con lo contabilizado en 2023 y han crecido con desmesura. Luego no gobiernan con la norma presupuestaria que invocan, lo hacen estafando de manera arbitraria, caprichosa, inmoral y sin el obligado control parlamentario. Miremos por todo el mundo para ver quién maneja ingresos y gastos públicos a su libre albedrío. Maduro, Díaz-Canel en Cuba, Alí Jamenei en Irán, Putin, Jong-un en Corea del Norte, el chino Xi Jinping y nuestro «Pedrito El Cruel»; la banda de los siete, el eje del mal. Por lo tanto de aquí se deriva otra falsedad; no vivimos en una democracia ya que nos han equiparado, de hecho y en la práctica, con las más duras dictaduras.
Además de lo anterior tenemos en común con ellas el control y la desnaturalización de todas las instituciones del Estado. Un Tribunal de Cuentas que no tiene, ni quiere, nada que contar, una TVE convertida en una Tele PSOE, un Constitucional que trabaja contra el Supremo y a favor del dictador en un ataque de ‘pumpidez’. La única verdad que nos ha dicho fue desvelar cómo iba a actuar la Fiscalía a sus órdenes, como en la época de Stalin. Con un parlamento al que desprecia pretende adquirir la justicia con una ley Bolaños; y ahora quiere controlar y manipular también el diccionario por aquello de quien controla la palabra manipula el pensamiento; ¡qué no quede nada libre!
A todo ello tenemos que sumar otros actos dictatoriales que tienen origen en lo que yo llamo el socialismo popular europeo que complementa y ayuda al socialismo populista que padecemos. Vamos a hablar del proceso de creación de moneda y de cómo afecta de manera muy desigual a las distintas capas de la sociedad; vamos a ver cómo en los niveles actuales aquí también se producen siniestras prácticas totalitarias contra la población.
El banco emisor, en nuestro caso el BCE, crea la moneda de diversos modos, uno de ellos es a petición de los bancos centrales de los países miembros, otro es de motu proprio si quiere incrementar la masa monetaria o mediante la financiación directa a los bancos comerciales. El efecto más relevante que se produce con un aumento de la cantidad de dinero en circulación es la pérdida de valor objetivo del mismo por el incremento de la oferta de dinero frente a una demanda inmóvil. Pero ocurre que la pérdida de valor de la moneda no se percibe ni afecta de una manera repentina, ni homogénea; se va desarrollando a lo largo de un proceso temporal, en función de la velocidad de circulación del dinero, que hace que los efectos positivos o negativos no sean iguales para todos.
Cuando el BCE realiza una transferencia tras recibir un bono del Reino de España o de la UE, ha creado dinero nuevo. Pero también, muy importante, se ha creado una deuda; esto es fundamental en el proceso porque la deuda nos la endosan a todos los ciudadanos pero no así el dinero. ¿Quién recibe el dinero de nueva creación? Esto es un factor clave ya que la reducción de su valor se extiende gradualmente y va influyendo negativa y fraudulentamente, poco a poco, en la distribución social de la renta. Hoy en día los primeros en recibir el nuevo dinero en cantidades fabulosas son los estados y gobiernos. Reciben unas sumas que todavía no se han visto afectadas por la reducción del valor de la moneda; el Gobierno puede pagar la deuda de un bono anterior con un dinero de valor actual dejando la nueva deuda a los ciudadanos que la tendremos que pagar con la moneda ya devaluada para entonces, perderemos los de abajo. Pero también el Gobierno se sirve de ese dinero nuevo para regarse con subvenciones, pagar a los que sestean en los 363 «observatorios» ridículos, en los miles de chiringuitos, a los miles de asesores, a los fieles de la ceja, etc.., que se ven privilegiados al poder acceder con ese dinero fresco a bienes o activos que todavía no han incrementado sus precios; unos privilegiados que se benefician a costa de las pérdidas de los demás.
Veamos el sector privado. Un incremento en la cantidad de dinero en circulación no supone otro equivalente de los bienes de consumo, servicios o activos ofertados. De nuevo, la prelación en la recepción de los fondos es determinante en la obtención o en la pérdida de valor. El BCE envía pasta nueva a la banca. Esta le concede crédito a empresas importantes que con el mismo podrán adquirir a precio antiguo bienes industriales y mercancías; se benefician claramente porque después de esas compras los proveedores irán ajustando su precios a la nueva situación; ajustes que se van produciendo escalonadamente. Los grupos últimos en acceder a parte del dinero adicional sufren pérdidas por retrasar el ajuste; asalariados, autónomos, pequeños comerciantes y pensionistas son los más perjudicados al acceder a más dinero cuando los precios ya superan el ajuste de sus ingresos. Por todo esto la inflación, la creación de dinero para financiar déficits y deuda pública, es parte del socialismo que siempre destruye la clase media al laminar su poder adquisitivo de forma abusiva y constante.
No olvidemos que el socialismo es enemigo del dinero, y de la libertad, siempre lo ha querido destruir eliminando su valor. De la Rusia de Lenin, a China, Cuba, Argentina y ahora Venezuela las inflaciones provocadas llegaron a hacer que sus monedas fueran meros residuos de valor. Y es que al fin y a la postre en un socialismo de grado máximo el dinero no existiría y la gente tendría sólo lo que le diese el Estado.
Todo lo indicado justifica que pueda yo llamar socialismo popular europeo a las políticas de Von der Leyen y Lagarde que son unas colaboraciones necesarias para el desarrollo del socialismo populista español. Es grave que ayuden a un proceso que integra los aspectos políticos, presupuestarios y monetarios aquí mencionados olvidando la enseñanza del profesor Von Mises que explica que «cuando los gobiernos no estiman necesario acomodar sus gastos a sus ingresos y se arrogan el derecho de enjugar el déficit por medio de una emisión de billetes, su ideología es simplemente un absolutismo disfrazado»
José Antonio García-Albi Gil de Biedma es empresario