Sigma Dos ha vuelto a preguntar por su intención de voto a los españoles después de conocidos los resultados de las elecciones municipales y autonómicas. Y viene a resultar que el PP aumenta considerablemente su representación parlamentaria. De los 89 diputados que obtuvo en las generales de 2019, subiría hasta los 144 que le augura Sigma Dos, un aumento de 55 escaños. Otra suerte, muy distinta y peor, es la del PSOE, que de los 120 escaños que tiene esta legislatura, bajaría hasta los 99, con una pérdida de 21. Los sanchistas desaforados, después de oír a su líder, pudieron llegar a la conclusión de que es el PSOE quien ha ganado 55 escaños, pero no hay tal.
Vox pierde tres puntos y 19 escaños, pero el resultado de los pactos que se olfatean vendría a coincidir con lo que vienen augurando todas las encuestas: la mayoría absoluta capaz de sacar de La Moncloa al okupa de los últimos cinco años vendría de un acuerdo entre el PP y Vox: 177 escaños suman los dos partidos de la derecha, dos más de los que constituyen la mayoría absoluta. ¿He dicho todas las encuestas? Todas no, la que mangonea en el CIS José Félix Tezanos pronosticaba una ventaja del PSOE sobre el PP de 2,3 puntos, mientras el resultado de las urnas fue una mayoría de 3,41 del PP sobre el PSOE.
El PP es, por otra parte, el partido que mantiene una mayor fidelidad de voto de su público: nada menos que un 86%, más que ningún otro partido, mientras que el PSOE se queda en un 64,8%. Las listas populares atraerán 745.000 votos que antes fueron socialistas, mientras el 54% de los votantes de Ciudadanos anuncian su intención de votar al PP.
Una nota curiosa es que la mayoría de los ciudadanos que votaron el 28-M abogan por lo que podríamos llamar la doctrina Feijóo, es decir, un compromiso para designar gobernantes autonómicos y alcaldes a los cabezas de las listas más votadas. El asunto es que nuestra democracia es representativa y los dirigentes de las instituciones (presidentes del Gobierno, presidentes de las CCAA y alcaldes) no son los primeros de las listas más votadas, sino aquellos que son elegidos por los representantes de los ciudadanos en dichas instituciones (congreso de los Diputados, parlamentos autonómicos y concejales del Ayuntamiento). El deseo de Feijóo y de la mayor parte de los ciudadanos, 61,8% , incluyendo la mayoría de los votante socialistas, exigiría una reforma de la Constitución, concretamente de su artículo 99, que es el que señala el camino para la elección del presidente del Gobierno: que el Rey reciba a los distintos líderes y encargue a uno de ellos la formación del Gobierno después de obtener una mayoría de votos en el Congreso. Por analogía viene a emplearse el mismo criterio en Comunidades y Ayuntamientos. En el caso de los Consistorios, valdría el principio de nombrar alcalde al cabeza de la lista más votada solo en el caso de que no haya sido posible el acuerdo.
Seguramente Feijóo ha hecho la propuesta con espíritu municipal y considera que el acuerdo entre los partidos mayoritarios valdría para hacer bueno el criterio de la lista más votada, pero esto solo sería posible si la lista más votada es la socialista. Si es del PP, Sánchez abogaría por cualquier coalición extravagante. Como la que aún lo mantiene arriba.