SANTIAGO GONZÁLEZ – EL MUNDO – 18/04/16
· A Mariano Rajoy se le va agotando el tiempo para hacer su llamada a Pedro Sánchez, aunque estemos a dos semanas de la fecha límite para que volvamos a ser convocados a las urnas. El vicesecretario Maroto lo ha puesto en claro al decir que el candidato popular no va a llamar al candidato socialista mientras éste persista en su actitud de bloqueo. Si no se produce un cambio de actitud en Sánchez no se producirá la llamada.
Me temo que Mariano Rajoy se va a quedar sin hacer esa llamada. Cualquier observador libre de prejuicios podría llegar a la conclusión de que el joven Sánchez no está por la faena ante las reiteradas negativas del dirigente socialista a reunirse siquiera con el presidente del PP. ¿Qué parte del no no entiende? Bloqueo es para el pobre Luena, César y nada, el empecinamiento de Pablo en no querer llevar a Pedro a la Moncloa. El presidente de Ciudadanos considera que los 200 puntos del acuerdo con el PSOE constituyen un programa imprescriptible, más allá de derrotas parlamentarias, como si fuera, no ya un acuerdo de Gobierno, sino un pacto de sangre. En su opinión, el bloqueo más empecinado es el del candidato popular. «Rajoy quiere presidir a cualquier precio», rezaba ayer el titular de su entrevista en El País, aunque en el texto, esta idea estaba más matizada que en el titular.
Hoy conoceremos el resultado del referéndum de Podemos entre sus bases, que será, como es de cajón, favorable al mando. La participación no llegó al 38%. Imaginen que la abstención en las, parece que inevitables, elecciones del 26 de junio fuese como la de Podemos, superior al 62%. Sería una crisis del sistema. ¿Y éstos pretenden que semejante abstención entre la vanguardia revolucionaria de los pueblos de España es un éxito? Para elegir a Sánchez, los socialistas superaron el 66% de participación. Para proclamarse candidato a la presidencia del Gobierno, a Pedro le bastó el 22% de los votos de los españoles. La semana pasada tuvo un lapso freudiano en el ágora majadera de Twitter: «Hablemos de cómo mejorar el pacto con Ciudadanos. Repetir las elecciones es darle una segunda oportunidad a Rajoy».
¿Por qué la repetición de los comicios ha de ser una nueva oportunidad para Rajoy?¿Por qué no para él mismo?¿Considera que los votantes españoles, y las españolas, claro, tienen menos capacidad de discernimiento que esa troika impresionante (Luena, Hernando y él mismo), que rige los destinos del socialismo español? ¿Que son incapaces de distinguir la decencia intrínseca del PSOE (y de Podemos) de la indecencia del Partido Popular? Así, en primera lectura, parecería que no confía en que los resultados les sean favorables a él y a su partido.
Tengo ya explicado que la única opción no absolutamente descabellada sería la gran coalición, pero hay que descartarla por falta de voluntad de una de las partes. Hará sus consultas el Rey y Rajoy no tendrá razones para dar un paso al frente ni para hacer la llamada a Sánchez. El resto del PSOE y C’s son una piña en esto. La segunda opción menos mala es la vuelta a las urnas. Los candidatos de los dos partidos mayores de la democracia española compiten , no uno contra otro, sino contra ellos mismos.
Mariano Rajoy se considerará cumplido con mejorar sus resultados en un par de escaños. Exactamente igual que Pedro Sánchez, que no aspira a llegar a los resultados de su partido en el naufragio del zapaterismo. Le bastará con sacar 91. Ésta es la señal más acabada de la decadencia española, que puede presidir el Gobierno un imitador de Zapatero, pero aún con menos talento y sin gracia.
SANTIAGO GONZÁLEZ – EL MUNDO – 18/04/16