Rebeca Argudo-ABC
- Que le llaman decreto ómnibus como le podían llamar decreto cubata de culines, porque ahí va toda una batería de medidas
No hay adolescencia que valga sin una madre que diga «tú sabrás lo que tienes hacer» o un «luego no me llores». No digo ahora, que vienen de coles con nuevas metodologías y en lugar de profesores tienen acompañantes y facilitadores. Me refiero a los que nos criamos entre «como vaya yo y lo encuentre te vas a enterar» y «¿te crees que soy el banco de España?». Hoy Bolaños, poseído por el espíritu de una madre de las de entonces (no de las de ‘spinning’ a las cinco y luego ‘smoothie’ con las mamis del grupo de altas capacidades) se ha dirigido a los pensionistas españoles como si fueran sus hijos adolescentes. «Cuanto en febrero los doce millones de pensionistas vean que su pensión ha bajado, que se acuerden de que ha sido el PP en compañía de otros», les ha dicho. Casi se le escapa un «vosotros sabréis a quién votáis». Los otros, por cierto, son sus socios de gobierno. Que les han negado el apoyo para sacar adelante los reales decretos leyes que pretendían, evidenciando así una vez más la debilidad del Ejecutivo, que se aguanta más por tozudez que por solvencia. Lo que también se ha evidenciado es que la deshonestidad de Bolaños al afirmar hace unos días que, quien votara ‘no’ a este decreto, estaba votando ‘no’ a ayudar a los afectados de la gota fría no era una ocurrencia, sino un ‘modus operandi’. Por eso ahora repite formato con los pensionistas, modo asustaviejas activado. La trampa es tan burda que ofende, como si a un mago de crucero se le viera el as debajo de la manga aun sin esperar de él que sea Juan Tamariz. Que le llaman decreto ómnibus como le podían llamar decreto cubata de culines, porque ahí va toda una batería de medidas, algunas de las cuales están más que justificadas por su interés general, y se aprovecha para colar otras, de interés más particular, en medio de todo ese arroz con cosas. Algo así, para que me entiendan, como aquello que saca siempre a relucir la extrema izquierda de que se votó monarquía porque iba dentro del paquete de la democracia y era eso o nada y ahí entró con calzador. Olvida Bolaños (no lo olvida, lo sabe; pero hagamos como que aplicamos caridad interpretativa) que quien gobiernan son ellos. Eso significa que sacar adelante medidas de interés general (para los afectados de la DANA, para los pensionistas, para los usuarios de transporte público…) es responsabilidad suya y no de la oposición, que no tiene por qué bailar la conga al ritmo de sus ocurrencias. Y suya es también la responsabilidad de negociarlas con la mejor de las voluntades para lograr la necesaria mayoría parlamentaria. Lo que no es de recibo es el chantaje desacomplejado y la irresponsabilidad manifiesta. Eso por no hablar del abuso del Real Decreto para saltarse todo procedimiento, que daría para otra columna. El espíritu de la madre que poseyó a Bolaños debe estar ahora mismo gritando que, el día menos pensado, coge la puerta y se larga.