Editorial, LIBERTAD DIGITAL,22/7/12
Es lógico que estas decisiones del instructor hayan provocado la indignación tanto de la Guardia Civil como de la propia familia, que ahora ve amenazadas seriamente sus aspiraciones de que los culpables reciban el duro castigo que sus acciones merecen.
El día en que se conoció la detención de los miembros del GRAPO responsables del secuestro y la muerte del industrial zaragozano Publio Cordón, expresamos nuestra esperanza de que los tribunales encargados de juzgar a los culpables estuvieran a la altura de los investigadores de la Guardia Civil, que tras diecisiete largos años de pesquisas consiguieron por fin resolver un caso que había angustiado de manera inhumana a la familia de la víctima. En ese Editorial añadíamos que diecisiete años después del secuestro y la muerte de la víctima «no pueden saldarse con penas irrisorias al albur de interpretaciones jurídicas sobre prescripciones y otros atenuantes, puesto que el primer propósito de la Justicia ha de ser su ejemplaridad», que es lo que en rigor exige la familia y, por extensión, cualquier persona moralmente sana.
Pues bien, el magistrado Gómez Bermúdez, perejil de todos los aliños judiciales, ha tomado unas decisiones preliminares que no sólo cuestionan la labor ejemplar de nuestra Guardia Civil en este caso, sino incluso la propia esencia del delito y la calificación consiguiente de los presuntos culpables, dejando en libertad con fianzas irrisorias a dos de los detenidos y, paralelamente, abriendo diligencias a los responsables de la investigación por un posible delito de revelación de secretos en el transcurso de la misma.
Es lógico que estas decisiones del instructor hayan provocado la justa indignación tanto de la Guardia Civil como de la propia familia, que ahora ve amenazadas seriamente sus aspiraciones de que los culpables del secuestro y la muerte del industrial zaragozano reciban el severo castigo que sus acciones merecen. Pero es que, además, la ligereza con que el magistrado ha actuado en esta fase preliminar del sumario supone, como acertadamente han señalado los mandos de la Guardia Civil, un grave deterioro en la labor investigadora de los responsables, que contaban con la detención en dependencias judiciales de los acusados para aclarar todos los extremos que todavía permanecen oscuros en este caso.
La portavoz de la familia de Publio Cordón ha dedicado a Gómez Bermúdez en esRadio sañudos epítetos para criticar su incomprensible actuación en este caso. A tenor del daño que las decisiones del magistrado van a provocar irremediablemente tanto a la investigación como a la familia, nadie podrá decir en ningún caso que hayan sido excesivos.
Editorial, LIBERTAD DIGITAL,22/7/12