A trancas y barrancas, después de largos conciliábulos sobre la pertinencia de su peritaje, ha llegado el sargento ante el Tribunal. Las defensas protestan una y otra vez y la definitiva será cuando, sobre las anotaciones manuscritas de Josep MariaJové–el número dos de OriolJunqueras–, referidas a la movilización ciudadana, diga el sargento:
–Es una movilización ciudadana coordinada desde el Govern, una de las instituciones de la Generalidad.
Adviene un instante de gran confort espiritual cuando la obviedad queda peritada.
Pero ya está aquí la filóloga Rigau. La filóloga preside la Comisión de Gramática del Instituto de Estudios Catalanes. La ha traído Melero, el abogado. El motivo del peritaje es la frase que encabeza el documento de Análisis de riesgos ante el 1 de octubre, del 28 de septiembre de 2017, que la Comisaría de Información de los Mossos d’Esquadra dirige al mayor Trapero, que luego lo remitirá al consejero Forn. Dice la frase en su original catalán: «El dia 1 d’octubre de 2017 s’ha de celebrar el referèndum d’autodeterminació de Catalunya». Y esta es la traducción castellana que utilizaron el juez instructor Pablo Llarena y los miembros de la acusación: «El 1 de octubre de 2017 se ha de celebrar el referéndum de autodeterminación de Cataluña». El abogado quiere que la perito desautorice la traducción, porque advierte un sentido imperativo que el original no incluye.
La perito se comporta según espera el abogado. Suavemente nuevecentista, como dando la clase desde una tribuna acristalada del Ensanche, razona acerca de la interpretación discursiva (dentro del texto) y pragmática (fuera del texto). La discursiva es nebulosa y no tiene importancia. Pero en la pragmática acierta: no puede haber un sesgo imperativo en el discurso que dirige un inferior a un superior. Por lo tanto tiene razón cuando concluye que la perífrasis catalana: «S’ha de celebrar el referèndum» tiene valor de futuro y no imperativo.
La perito, acaso demasiado en dulce y que dios me perdone, no discurre, sin embargo, sobre un asunto clave. ¿Qué tipo de futuro? Es decir, ¿con qué grado de incertidumbre? Hay una diferencia crucial (oh là là!) entre «El dia 1 d’octubre de 2017 s’ha de celebrar el referèndum d’autodeterminació de Catalunya» y «El dia 1 d’octubre de 2017 es celebrarà el referèndum d’autodeterminació de Catalunya». ¿No ven al mosso temblando a mano alzada? Yo, claramente. Va a redactar la primera frase de un informe donde se detallan los riesgos de un referéndum ilegal, que va dirigido a sus superiores, es decir, a los que lo impulsan. Sus superiores mandan. Pero el referéndum es ilegal. En esa mano alzada está descrito el drama de los Mossos. La mano claudicará, como claudicó, pero no sin renuencia. Por eso no escribirá es celebrarà. Por eso escribirá s’ha de celebrar. El menor grado de certeza de la segunda frase es solo la melancolía de la ley.
La perito dispone que la traducción castellana debería ser: «El día 1 de octubre se celebrará el referéndum de autodeterminación de Cataluña». ¡La perito no tiembla! Lo extraño es que inmediatamente dé noticia de que la gramática de la Real Academia de 2009 describe que la perífrasis haber+infinitivo con valor de futuro tiene arraigo en el castellano que se habla en el noreste de España. ¿Ha pensado la perita de dónde es el traductor del documento de los Mossos? Yo no lo sé, no puedo saberlo todo. Pero es probable que viva y trabaje en Cataluña y que además quiera ser catalán. Es el mismo traductor, por cierto, que como desvelará con cierta inoportunidad pericial Melero ha traducido, páginas más allá del mismo documento, la frase: «No han d’afectar la normal convivència ciutadana» por «No deben afectar la normal convivencia ciudadana». ¡Cómo no iba a hacerlo, es decir, cómo no iba a utilizar resueltamente el imperativo si se trataba de traducir el auto de la juez Armas que prohibía el referéndum!
Si el anónimo funcionario del ministerio de Justicia que hizo la traducción hubiera querido introducir el matiz imperativo habría escrito por tanto: «El día 1 de octubre debe celebrarse el referéndum de autodeterminación de Cataluña». O incluso: «Tiene que celebrarse». Pero no solo desechó el imperativo, sino que además respetó el temblor de la mano mossa y prefirió el futuro incierto y melancólico «ha de celebrarse» al ilegalmente indiscutible «se celebrará».
Todo esto lo entendió de maravilla el pausado fiscal Cadena cuando le preguntó a la ingenua perita si confirmaba el uso del futuro imperfecto arrogante, ilegal e indiscutible como traducción idónea y así, estableciendo que también por prueba filológica los mossos no se opusieron al referéndum, se cargó la pericia.