Juan Carlos Viloria-El Correo

  • El PSC apunta gestos hacia la ocupación del espacio nacionalista dejado por CiU

Las esteladas languidecen descoloridas en los balcones y este mes de septiembre la Diada ha perdido el horizonte republicano. Pero la burguesía catalana ya escucha el prometedor sonsonete de la caja registradora con una Hacienda propia y un Concierto económico como el del País Vasco. El presidente de la Generalitat ha vuelto a las formas educadas con el rey Felipe VI y ha sacado la bandera española del cuarto de los trastos, pero los desengañados del ‘procés’ ya relajan el ceño cuando oyen al nuevo inquilino de la plaza de san Jaime defender, sin embarazo, la nación catalana y la España plurinacional. El socialista Illa, recibe al Rey por la mañana y por la tarde se sienta con Jordi Pujol y adula al defraudador confeso en un gesto de apaciguamiento con la vieja oligarquía nacionalista.

Mientras el president, don Salvador, investido gracias a los votos de Junqueras y los sediciosos amnistiados, anuncia que entre todos haremos una España mejor, su consejera de Educación intimida a los padres advirtiendo que no se cumplirán las sentencias que obligan a impartir un mínimo del 25% de las asignaturas en español. El figurante del PSC es la mano de quien mece la cuna desde la Moncloa y cumple con obediencia franciscana las demandas que el independentismo le susurra al oido de Sánchez. Monolingüismo, exigen. La lengua catalana está en peligro, fingen. Y don Salvador nombra un consejero de Política Lingüística, mejor dicho, empotra en su Gobierno al mismo que ya nombró su predecesor Aragonés, Francesc Xavier Vila. Una vuelta de tuerca a los establecimientos que atienden a la clientela en castellano y/o no tienen bien rotulada en catalán la tienda de chuches para los niños.

¿Se ha convertido el PSC de los Maragall, Montilla, Iceta, en la muleta de la burguesía independentista catalana? ¿Quiere ocupar el espacio que dejó CiU al migrar a Junts? Si no es ese el plan, lo parece. El pacto de investidura con ERC es el acta de sometimiento de los socialistas al nacionalismo y el próximo congreso del PSOE en Sevilla consagrará la involución ideológica. Probablemente habrá Presupuestos para que Sánchez pueda acabar cómodamente la legislatura pero en el camino, como pide Otegi en el País Vasco, habrá pacto de tres patas: nación, educación y lengua. En Cataluña habrá que añadir : cupo, deuda, concierto y…(?) Un antiguo militante del PSC , Miquel Giménez, que publicó en 2019 ‘PSC Historia de una traición’, ya decía entonces que con el Estatut de Maragall quedó definidamente a la vista que el objetivo del PSC había sido modernizar la ideología pujolista, no sustituirla.