- Hay un ejercicio muy fácil que devuelve de inmediato el sentido embotado, y hasta lo aguza: se trata de imaginar a Biden en la situación de Trump y aventurar los titulares de Amber Capital y ‘La Sexta’. Habrían llamado a la guerra civil preventiva en EE.UU.
La Ser y la nada: se detonan varios disparos. Algo así como lanzar petardos en una verbena, pero pocos. ¡Varios disparos! Ah, que se detonan, nada, nada. «Varios» suena a poco en el mundo de la pirotecnia. Si son disparos, uno es demasiado. Y está la indecencia del verbo detonar, y el pronombre de lo impersonal. Es que no se sabia quien era. Bueno, bueno, para esta y ulteriores pérdidas de olfato, hay un ejercicio muy fácil que devuelve de inmediato el sentido embotado, y hasta lo aguza: se trata de imaginar a Biden en la situación de Trump y aventurar los titulares de Amber Capital y La Sexta. Habrían llamado a la guerra civil preventiva en EE.UU. y a la prohibición de Vox en España aprovechando sus buenas relaciones con Trump, a quien por supuesto culparían del atentado en un nanosegundo. Una especialidad de la izquierda: los que han creado el clima, etc.; los que han demonizado al adversario político, etc.
Por supuesto, lo que merece la izquierda (a la que no pertenezco porque no soy idiota, como dice Nacho Cano y yo invito a repetir) es un tratamiento similar: sin esperar a investigaciones, más allá del concreto ejecutor, la culpa es del Partido Demócrata, del New York Times, de la CNN –y de paso del PSOE– por el vilipendio y cosificación de Donald Trump, un ser humano que sangra. Acabemos: para La Sexta, un atentado con varias víctimas es un «incidente» (lástima que girara la cabeza), y el asesino es una «víctima». Asegúrate la mascarilla profesional. Para El País, nuestro ejercicio: disparan a Biden, que se salva de milagro entre gritos de terror y disparos. ¿Aparente atentado? ¿Posibles disparos? ¿Algo de sangre? ¿O más bien «Un atentado con la firma del trumpismo»? En vilo esperando su opinión.