EL MUNDO 27/03/14
ENTREVISTA CARLOS ESPINOSA DE LOS MONTEROS
Pregunta.–Usted conoció bien a Adolfo Suárez. ¿Qué recuerdos guarda de él?
Respuesta.– Siempre le he tenido una profunda admiración como político y como persona. Le conocí y le acompañé en varios viajes, cuando era presidente. Una de las últimas veces que nos vimos me contó que su única preocupación era cuidar a su esposa y su hija. Y así lo hizo.
P.– ¿Qué destacaría de su trayectoria como un valor que perdure en la actualidad?
R.–Él, su figura histórica, política y humana es la mejor herencia que nos deja. La España de hoy sería un país distinto sin su arrojo, su olfato político, su generosidad y su capacidad de adaptación. Sigue siendo uno de los mejores referentes de la marca España porque es el padre político de la Transición, un ejemplo a seguir para muchos países.
P.– Da la sensación de que el consenso que promovió se ha transformado en sectarismo y partidismo.
R.–El sectarismo y el enfrentamiento partidista es algo que separa y mucho a los partidos de los ciudadanos. En los años de democracia en España ha habido desde mayorías absolutas hasta gobiernos en minoría que se han apoyado en los nacionalistas o en respaldos puntuales. Sin embargo, falta una fórmula que los españoles aplaudirían en el caso de que en el futuro no hubiera una mayoría, que es un Gobierno de coalición. No tengo duda de que Suárez avalaría esa idea.
P.–¿El proyecto de la marca España ha quedado en agua de borrajas?
R.–Hace poco más de año y medio que se inició, y el resultado es que la imagen de España ha mejorado sustancialmente. Hoy a España se la conoce bastante mejor.
P.– ¿El made in Spain es sinónimo de chapuza y despilfarro?
R.–Esa imagen de despilfarro y chapuza se dio cuando la crisis estaba en lo peor. Pero nos hemos apretado el cinturón y se han hecho reformas importantes. Hoy España no es sinónimo de derroche, al revés. Hay informes que nos ponen como ejemplo de lo que hay que hacer para salir de una crisis.
P.–¿El milagro español es factible?
R.–Hay que ser realistas. Nunca seremos una de las ocho potencias del mundo. Tenemos que estar en el sitio que nos corresponde por tamaño, población, PIB…. Hay muchos sectores donde somos líderes. No se sabe que España es el segundo país fabricante de coches, el primero en grandes obras de infraestructura, o el quinto en biotecnología. El reto es difundir eso.
P.–¿Qué pesa más, ser la cuarta economía europea y la duodécima del mundo o tener cinco millones y medio de parados?
R.– Ser europeo y tener la presencia que tenemos en Iberoamérica son dos activos importantísimos. Pero la cifra de desempleo ha sido siempre una nota negativa.
P.–Casos como los ERE, Bárcenas, Gürtel, la ITV de Pujol… ¿cómo afectan a nuestra imagen?
R.–Esto se da en todos los países. Si miramos a nuestros vecinos, han caído presidentes, ministros… en Alemania, Francia, Italia.. Estamos como los demás. Ni mejor ni peor.
P.–¿La corrupción no influye en la imagen?
R.–Para construir la imagen de país serio y fiable los temas de corrupción que salen a diario nos hacen daño. ¡Cómo no!
P.–¿El desafío independentista preocupa en Europa y nos daña?
R.– El desafío de Mas no recibe ninguna simpatía ni apoyo en Europa, por más esfuerzos y dinero que gasta la Generalitat para internacionalizar el problema. Lo ven como algo negativo, que no va a aportar nada y va a crear problemas.
P.–¿Es cierto que hay algún grupo inversor que ya está recomendando no invertir en Cataluña?
R.–Yo he visto el informe de un grupo inversor que no recomienda invertir en Cataluña a más de tres años. Hay gente que siente inquietud, porque si están pensando invertir en España, un mercado de 45 millones de habitantes, y ven que hay una zona en la que se puede restringir de golpe, se lo piensan dos veces.
P.– ¿La marca Cataluña es conocida en el mundo?
R.–La marca Cataluña no existe. Es absolutamente desconocida fuera. De 7.000 millones de personas que hay en el planeta, algo más de 4.000 conocen la marca España, cerca de 700 millones conocen Barcelona como ciudad pero el nombre de Cataluña no aparece en las listas.
P.–¿Tiene algún valor que Cataluña mantenga sus embajadas?
R.– Las embajadas catalanas serían perfectamente integrables, como las de las demás CCAA. No sirven para nada positivo, y se mantienen solo por un tema político.
P.– ¿Desde ellas se está perjudicando a la marca España?
R.– No tienen entidad suficiente para afectarnos. Cuestan dinero al contribuyente pero no tienen capacidad de afectar a la marca España. Para empezar a explicar en el país de destino qué es lo que son tienen que empezar por España.
P.– ¿Qué importancia tiene el español para nuestra imagen exterior?
R.– Mucha. El español es la segunda lengua del mundo. Muchos estudiosos nos están avisando de que hay que aprovechar su valor económico si queremos tener un peso en el mundo equiparable a lo que significa tener un idioma común entre 500 millones de personas. Tenemos una mina de oro y apenas la estamos explotando.
P.–Habrá que decírselo a Mas, que niega el derecho a que los niños catalanes estudien en español…
R.– Es un síntoma de desconocimiento ignorar lo que supone ser bilingüe o trilingüe. Impedir o despreciar esa posibilidad es patética miopía. Cada vez hay más personas que quieren aprender español y Cataluña va a contracorriente.
P.–¡Quien no estuvo fino fue Margallo, haciendo un paralelismo entre Cataluña y Crimea…!
R.–Es obvio que la situación de Crimea y la de Cataluña no tienen nada que ver. Pero él hablaba del paralelismo que existe si el Gobierno catalán quiere hacer un referendum ilegal en violación flagrante de la Constitución.
P.– ¿De puertas afuera, cómo se ve la posición de firmeza de Rajoy sobre el referéndum catalán?
R.–Es el discurso que se comparte en todas las cancillerías: el de un presidente que está dispuesto a defender la legalidad y no va a consentir que se vea alterada.
P.– ¿Y el tema de ETA ha dejado de ser una preocupación para nuestra imagen?
R.– ETA ya no aparece en absoluto en los temas de preocupación de los inversores extranjeros lo cual es bueno para el País Vasco y para España.
P.– ¿El Rey sigue siendo nuestro mejor activo de la marca España o el caso Nóos le ha desdibujado como referente?
R.– El Rey goza de un prestigio que se ha ganado durante años, y sigue siendo nuestro mejor activo. El caso Nóos produce mucho ruido mediático en España sobre todo cuando hay comparecencias ante el juez de los implicados, pero no produce un efecto negativo a la imagen de país.