EL MUNDO 13/07/17
EDITORIAL
EDITORIAL
LOS ACTOS de homenaje a Miguel Ángel Blanco, coincidiendo ayer con el 20º aniversario de su asesinato, estuvieron teñidos por la falta de unidad política alrededor de una figura que simboliza la lucha de la sociedad española por la democracia y la libertad. Resulta lamentable que, dos décadas después de un crimen que conmocionó a todo el país, el espíritu de Ermua se haya diluido parcialmente por el sectarismo de parte de la izquierda, lo que indica que aún queda mucho camino por recorrer a la hora de establecer un relato sobre el pasado execrable de ETA exento de equidistancias.