Juan Abreu-Vozpópuli
- En la España del sanchismo cualquier persona amante de la libertad, amante de la verdad o simplemente decente, es ya un fascista
Antes, sí, yo también fui alguna vez ingenuo, pensaba que la Izquierda (cuya denominación debemos, entre otros espantos, a la Revolución Francesa) y sus derivados cánceres más conocidos: el socialismo y el comunismo, eran en el fondo estupidez e ignorancia. E incluso, en ocasiones, buenas intenciones. Pero de eso hace mucho tiempo. Ahora sé por experiencia, pero además porque es evidente, que la Izquierda y sus cánceres derivados más conocidos (socialismo y comunismo) son la forma ideológica y política que adopta la maldad y la esclavitud, y que sus armas características son la violencia física y moral.
Para constatar esto, sin salirnos del ámbito nacional, sólo hay que leer un poco sobre la famosa República, afortunadamente derrotada. Y, por favor, no comiencen los progres con sus hipócritas aspavientos porque digo afortunadamente. He vivido 28 años bajo una dictadura comunista, y sé, no es una opinión, sé, que una dictadura de izquierdas es mucho peor que una de derechas. Si hubieran ganado los comunistas (léase estalinistas) España sería hoy un estercolero hambreado y siniestro, como Cuba.
Prohibir la Fundación Franco
La Izquierda y sus derivados cánceres más conocidos: el socialismo y el comunismo son fuerzas envilecedoras y asesinas. Sin salir de España, sólo hay que mirar lo que fueron las checas madrileñas o pasar lista a los fusilados en Paracuellos por las huestes de Carrillo (276 menores) para hacerse una idea del sadismo de la violencia republicana y revolucionaria. Lean el formidable Violencia Roja antes de la Guerra Civil, de Sergio Campos Cacho y José Antonio Martín Otín, si quieren detalles precisos, pruebas de ese sadismo. También la Falange cometió crímenes despreciables, pero, por qué personajes fatídicos como Carrillo o Ibárruri han pasado a la Historia Oficial (que es la de la Izquierda y su Mentira Organizada) con un aura de santidad, mientras que no se puede hablar de que la dictadura de Franco trajo prosperidad a España; que la trajo, por poner un ejemplo. Reconocer eso, quiero decir, la verdad, no exime al dictador de su crueldad ni excusa sus crímenes, naturalmente, pero sostener e imponer lo contrario es mentira, es parte de la Mentira Organizada izquierdista en la que vivimos. Mentira que alcanza su éxito más tenebroso cuando crea un clima social y gubernamental que permite eliminar la Libertad de Expresión, de Opinión y de Asociación. Por qué razón debe prohibirse una Fundación Franco, digamos, cualquier ciudadano o grupo de ciudadanos en una sociedad libre y democrática tiene derecho a crear el tipo de fundación que le parezca necesario o conveniente. De eso trata la Libertad.
Irrefutable es, por otro lado, que los bandoleros sanguinarios de la Izquierda (o sus descendientes y beneficiarios) impusieron, terminada la dictadura, su versión de la Historia e incluso consiguieron imponerla en la educación (adoctrinando así a varias generaciones de españoles), y vender con mucho éxito algo verdaderamente insólito: la mercancía podrida de la superioridad moral de la Izquierda. Con la ayuda impagable (es un decir, les pagaban muy bien) de la llamada intelectualidad, del mundo cultural español y del progresismo mediático bien remunerado. Seamos objetivos, en lo único que es superior la Izquierda a la desprestigiada y silenciada Derecha, y debe reconocerse, es en la capacidad para eliminar (quiero decir matar física, o socialmente) y silenciar a sus enemigos.
Apalizar periodistas
La violencia y la Izquierda son parte de un mismo parásito mental. Véase cómo renace (si es que murió alguna vez) en el País Etarra (también conocido como País Vasco). El que apaliza a periodistas, el que desata hordas para impedir la libre expresión de sus adversarios políticos, el que quema contenedores y destroza negocios, el que ataca a la policía (nótese que siempre hay más agentes del orden heridos que comandos de la Izquierda, cuando se enfrentan); el que nazifica las universidades y las convierte en corrales ideologizados siempre prestos a censurar y cancelar la opinión de sus adversarios ideológicos, siempre es de izquierda.
En la España del sanchismo cualquier persona amante de la libertad, amante de la verdad o simplemente decente, es ya un fascista. ¿Quieren mayor prueba del carácter pestífero y pandillero de la izquierda y sus cánceres derivados el socialismo y el comunismo? El mayor signo del declive de la democracia española, es que ya se teme hablar libremente en la sociedad española porque te puede perjudicar (¡y te perjudica!), y que los enemigos de esa democracia y de España controlan hoy los hilos de la educación, la construcción social y de la administración ideológica y selectiva de la violencia del Estado (Marlaska).
Financiación de las turbas
Por otra parte, me parece necesario preguntarnos, quién financia a las hordas organizadas y entrenadas por la Izquierda y sus cánceres derivados el socialismo y el comunismo, de dónde sale el dinero para pagar a la chusma protestante a sueldo de la Izquierda, quién coordina y organiza sus violentos aquelarres callejeros, quién paga esas costosas y magníficamente impresas pancartas. ¿Tienen algo que ver con los millones de euros en efectivo que fluyen por las entretelas del sanchismo? Insisto en esto de la financiación de las turbas protestantes porque se han necesitado muchos años para que nos enteremos por fin de que la Guerra de Vietnam no se perdió en Vietnam sino en las universidades, calles y plazas norteamericanas, y que el movimiento “pacifista” fue financiado en gran medida por la Unión Soviética. A saber de qué nos enteraremos cuando pase el tiempo. Si es que Sánchez y su proyectado régimen autocrático fracasan y España continúa siendo un país democrático dentro de algunas décadas. Cosa que está por ver.