ABC 24/05/17
· Hasta ahora, populares y socialistas han coincidido en el 56% de las votaciones en Pleno
«La victoria de Pedro Sánchez abre un escenario complicado. En los últimos meses todos hemos visto su radicalización, y eso complicará el diálogo y los posibles acuerdos a partir de ahora». Así valoró ayer un ministro de Rajoy el resultado de las primarias en el PSOE. La tranquilidad que muestra el presidente del Gobierno contrasta con el baño de realidad que se han dado muchos en La Moncloa. Un dirigente del PP pronosticó el «fin del recreo», y en el entorno del presidente se preparan para una legislatura en la que temen que se produzca una «pinza radical» en el Congreso, con el PSOE y Podemos como protagonistas y competidores entre sí.
En el Gobierno asumen que la relación no será la misma con el PSOE. Los números dan una idea de los frutos que había dado el diálogo en este inicio de legislatura, más allá de la abstención de los socialistas en la investidura. Hasta ahora, el Grupo Socialista había votado a favor de 11 reales decretos ley, y en contra de dos, los de la estiba. El PP y el PSOE han coincidido en el 56 por ciento de las votaciones en el Pleno, según fuentes parlamentarias. Los populares y Ciudadanos han votado de la misma manera en el 70 por ciento de los casos, mientras que el PP y Podemos han coincidido tres de cada diez votaciones.
Pero en La Moncloa introducen un matiz que consideran significativo: el Gobierno ha salvado las dos últimas votaciones importantes sin el PSOE. Por un lado, estuvo el debate de totalidad de los Presupuestos, en el que se tumbaron las enmiendas de totalidad; por otro, el segundo decreto ley de la estiba, en cuya votación pudo verse de nuevo en los marcadores electrónicos del hemiciclo la división ideológica de la Cámara, con los diputados del PDECat en amarillo por su abstención. Y fue este voto de la antigua Convergència el que resultó clave.
A partir de estos datos, el Gobierno da por hecho que no podrá contar de la misma manera con el PSOE. Al contrario, en La Moncloa creen que los socialistas reactivarán las proposiciones de ley de derogación de reformas, que estaban paralizadas a la espera de que el principal partido de la oposición eligiera a su nuevo líder.
Derogación de reformas
La derogación de la reforma laboral, entre otras, volverá a ponerse en marcha. Y es aquí donde el Gobierno confía en que el Partido Demócrata Catalán frene la derogación de una reforma que apoyó en 2012 cuando se aprobó. La mayoría del Congreso, subraya el Gobierno, no es de izquierda, y sus votos serían suficiente para frenar una «pinza» radical y derogatoria.
Después de la victoria de Sánchez en las primarias socialistas, en La Moncloa hay dos corrientes de opinión. Por un lado, están los pesimistas a corto plazo. Por otro, los optimistas a medio o largo plazo. Los primeros se centran en las dificultades objetivas que tendrá Mariano Rajoy a partir de ahora para sacar adelante cualquier medida en el Congreso, y para abrir una vía de diálogo con el PSOE de Sánchez, con quien nunca tuvo una buena relación. Los segundos están convencidos de que la legislatura avanzará con acuerdos puntuales según cada iniciativa, y cuando se convoquen las elecciones el PP podría beneficiarse de una radicalización del PSOE, que dejara libre el centro.