Tonia Etxarri-El Correo

Tiene que intentarlo. Feijóo ganó las elecciones generales con mayoría insuficiente para gobernar pero como hasta ahora la alternativa de Pedro Sánchez sólo formaba parte de una declaración de intenciones, el Rey Felipe VI tiró de calculadora. El dirigente del PP, con Vox, UPN y Coalición Canaria, ha llegado a los 172 escaños. El socialista se presentó ante el Monarca con la seguridad de sus votos y los de Sumar, 152. Que ya tiene más (Bildu, por ejemplo) pero sus socios potenciales no quisieron confirmar al Rey el sentido de sus votos porque prefirieron hacerle un desplante. Que queda muy republicano y muy ‘cool’. Así es que Felipe VI no tuvo constancia directa de las intenciones de los cuatro grupos independentistas que le dieron plantón. Por lo tanto, más vale 172 escaños en mano que 178 volando, pensaría el Rey cuando propuso a Núñez Feijóo como candidato a formar gobierno.

Es el pulso negociador que La Moncloa en funciones mantiene con los secesionistas lo que explica la indefinición en el bloque potencial de Pedro Sánchez para optar a su investidura. El hecho de que se haya puesto en marcha ya el calendario para la opción del candidato del centroderecha le da tiempo al dirigente socialista para ir encajando los imposibles que, en principio, exige el prófugo Puigdemont.

Este intercambio está siendo muy complicado. Se ha puesto la amnistía, además del referéndum de autodeterminación, como almoneda de la reválida de Sánchez como presidente del Gobierno. Con un fugado de la Justicia que espera que le borren los delitos a él y a todos los implicados en el 1 de octubre de 2017 y volver a Cataluña por la puerta grande de una república independiente. ¿El ‘procés’? ¿Quién lo recordaría, entonces? Puigdemont, como casi todos menos Sumar y Bildu, no se fía de la palabra de Sánchez («menteix e incumpleix»), llegó a decir en una entrevista reciente. El caso es que la amnistía inviable en nuestro marco constitucional va tomando cuerpo, aunque hace dos días desde Ferraz todavía se insistía en que «no está sobre la mesa». Pues está. Es una concesión concebida en un contexto de cambio de régimen, como en el 77. No se trata de olvidar los delitos sino de negar su existencia. Juristas de la órbita de Sumar ya avanzan que una posible ley de amnistía superaría cualquier debate legal «porque el Tribunal Constitucional presidido por Conde Pumpido daría su aval». Así, sin cortarse.

Feijóo va a intentar su investidura aunque tiene pocas posibilidades. Está a cuatro diputados de la mayoría absoluta. Que lo diga les parece a algunos «inquietante». ¿Por qué? No deja de ser una radiografía del estado actual de la relación de fuerzas. Sabe que tendrá 178 votos en contra. Pero quiere seguir haciendo brindis al sol. A los socialistas ‘quemados’ con tanta concesión de Sánchez, al PNV que ya ha empezado a negociar con La Moncloa. El debate sobre su investidura será el 26 y 27 de setiembre. Todos quieren ganar tiempo. Al ‘Manual de resistencia’ de Sánchez se le ha plantado el epítome de la moral de Núñez Feijóo.