ABC 14/03/14
La portavoz del PSE en las Juntas Generales de Guipúzcoa, Rafaela Romero, renunció ayer a su cargo de presidenta de la Comisión de Derechos Humanos después de que una resolución apoyada el lunes por Bildu y PNV aprobara la visita de este órgano a un grupo de presos de ETA. Romero, cuyo partido votó en contra junto al PP, considera que esta iniciativa «entra en contradicción» con su «opinión y posición» política y dimitió para no verse obligada a ir en calidad de presidenta de la comisión.
Fue un gesto de coherencia que, sin embargo, no concuerda con sus visitas –«particulares»– a la cárcel de Logroño para ver al líder de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, «amigo» de la familia Eguiguren. En un escrito para justificar su renuncia, la portavoz socialista defendió que toda iniciativa institucional en materia de «paz» debería suscitar el «consenso amplio y plural» de los grupos de la cámara, y no es este el caso. Según Romero, no debieran impulsarse medidas que «pueden resultar difícilmente comprensibles y estar sujetas a tergiversaciones y manipulaciones», como es la visita oficial de un grupo de aforados guipuzcoanos para interesarse por los presos de ETA en la cárcel de Sevilla, donde denuncian maltrato.
No asume la orden de Bildu
Pese a reconocer la «legitimidad democrática» de la resolución adoptada por la mayoría de Bildu y PNV en Guipúzcoa, Romero dice no «asumir» esa orden, por lo que deja la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos de las Juntas. Un puesto desde el que la socialista coordinaba hasta ahora las reuniones opacas de la «ponencia de paz» en la que el PSE busca con Bildu y PNV una «memoria» de la violencia. Pese al rechazo de la ejecutiva de Patxi López, que se niega a «trabajar» mientras no se condene a ETA.