Del Blog de Santiago González
Un sábado más se nos apareció el doctor en sábado por la noche. Algo más breve pero igual de insustancial. No ofreció ninguna idea, nada que pareciese un plan en los 65 minutos de comparecencia. En lugar de vestir corbata roja, llevaba una morada, a medias color de penitente, a medias homenaje a su socio de Gobierno. “Estamos superando el pico y doblegando la curva”, dijo, para meterse luego en metáforas: “un coronavirus en Asia y otro en Europa no pueden intercambiar consejos; los humanos sí podemos” y citar más de dos docenas de veces el verbo ‘desescalar’ y explicar detalladamente el calificativo ‘gradual’ que lo acompañaba, como si se lo estuviera explicando a su Consejo de Ministros. Citó novedades sin muchas precisiones: la desescalada la va a dirigir él,-¡Virgen Santa!-y el 2 de mayo podremos hacer deporte. Ah, y dio por finalizada la participación de los uniformados en las ruedas de prensa diarias, algo que todo el mundo daba por sentado desde el lío en que se metió el general Santiago con su confusión de las instituciones del Estado con las del Gobierno.
Marilyn se llevaba los dedos a la sien mientras le decía a Toni Curtis en ‘Con faldas y a lo loco’: “no tengo cerebro”. Bueno, pues a Pedro Sánchez le viene a pasar lo mismo: No tiene cabeza. En los tiempos en los que aún quedaba gente responsable en su partido, como prueba el hecho de que lo destituyeran, uno lo motejó de ‘Sleepy Hollow’, el jinete sin cabeza de Washington Irving. Cuando él dobló el pulso a su partido, pensé que tal vez había errado en la semejanza, pero no demasiado. Él era un santo cefalóforo, uno de los mártires que andaban con la cabeza entre las manos después de ser decapitados, como San Lamberto de Zaragoza o San Dionisio de Notre Dame.
El confinamiento ya nos ha instalado en un mundo distinto. El sábado, en la rueda de prensa, uno se preguntaba qué se habría hecho de los medios de antaño: El País, El Mundo, ABC, La Vanguardia, La Razón, entre los diarios. Oliver no citó ni a uno, salvo La Voz de Galicia. A todos los periodistas les dispensó un tuteo indiscriminado que les apeó cuando las preguntas le exigían esfuerzo. Así pasó con Nuria Val, de ‘La Política on Line’, que debió de parecerle una becaria, aunque luego comprobó que sus preguntas eran de periodista senior. Ella le preguntó por la decisión de apartar a los militares de las ruedas de prensa y él, después de decir ‘preveer’ solo acertó a explicar que “estamos entrando en una nueva fase y los portavoces tienen que ser otros”. Eran inadecuados ya en la fase anterior. De ahí que se montara el pollo.
Otra pregunta de la periodista fue a propósito del posible desacato de tres ministros podemitas a una sentencia contra Isabel Serra: “En relación con la crítica del vicepresidente del Gobierno a una sentencia del Tribunal Supremo (sic), el Gobierno acata las resoluciones del Tribunal Supremo (otro sic). Esto ha sido así siempre. Cuestión distinta es que el señor Iglesias, como yo, no solo formamos parte del Gobierno, sino que somos líderes de distintas formaciones políticas: yo soy secretario general del P.S.O.E. y el señor Iglesias es secretario general de Unidas-Podemos (Un tercer sic; Pablo Iglesias es secretario general de Podemos, no de Unidas-Podemos) y como tal ha hecho su valoración de esta sentencia que afecta a una dirigente de su organización”.
La sentencia contra Serra no fue dictada por el Supremo, sino por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Ni Sánchez, ni los tres jueces sanchistas (Robles, Marlaska y Campo) han terciado en favor de la Justicia y a él le parece bien que los gobernantes subordinen el Gobierno a sus intereses de partido. Bueno, Marlaska ya había subordinado su deber como ministro a sus muy legítimas preferencias sexuales, para qué les voy a decir más.