El TC no dice que haya dos clases de naciones, sólo que la nación es una realidad que tiene componentes culturales, históricos, lingüísticos, sociológicos y hasta religiosos. En la misma línea podrían añadirse: gastronómicos, folclóricos… Pues de este párrafo, Zapatero deduce que hay dos clases de naciones: la jurídica y, ojo al disparate, la política.
Lo dijo ayer el presidente, cuando creíamos que la vida y el cargo le habían enseñado a reconocer tonterías en el pasado, como aquella de que «la nación es un concepto discutido y discutible», El error de la frase no estaba en ella misma, sino en el sujeto. Si cualquiera de los portavoces parlamentarios de CiU, PNV, ERC, un suponer, hubieran dicho: «La nación (española) es un concepto discutido y discutible», no habría motivo para el escándalo.Los nacionalistas periféricos se aproximan al asunto con dos premisas: Todo lo que no es el nacionalismo propio es otro nacionalismo concurrente (vasco, catalán, gallego, etc.) o enfrentado a él, nacionalismo español. De ahí, que sigan tomando el gentilicio (vasco, catalán, gallego, español, etc.) como calificativo y determine que el nacionalismo sea malo o bueno.
A partir de la misma idea, el presidente clasificó las naciones. Hay un concepto de ‘nación jurídica’, que es lo que dice la Constitución que, como madre, no hay más que una y a tí te encontré en la calle:
«De la nación puede, en efecto, hablarse como una realidad cultural, histórica, lingüística, sociológica y hasta religiosa. Pero la nación que aquí importa es única y exclusivamente la nación en sentido jurídico-constitucional. Y en ese específico sentido la Constitución no conoce otra que la Nación española».
El TC no dice que haya dos clases de naciones, sólo de que la nación es un a realidad que tiene componentes culturales, históricos, lingüísticos, sociológicos y hasta religiosos. En la misma líneapodrían añadirse: gastronómicos, y folclóricos y paisajísticos, etc. Bueno, pues de este párrafo Zapatero deduce que hay dos clases de naciones: la jurídica y, ojo al disparate, la política.
La nación política es forzosamente la nación jurídica. No puede ser una cosa distinta a lo que dicen las leyes. De ahí, José Luis, el sintagma ‘Estado de Derecho’. Tal vez esto no lo comprenda Paul Kagame, pero está obligado a entenderlo el presidente del Gobierno de España, salvo que siga hasta el final el hilo de su razonamiento y admita que la nación puede ser también ‘político-militar’, nación VIII Asamblea, etc.
La dicotomía de Zapatero, contemplada a partir de su pensamiento y de su, llamémosle ‘jurisprudencia’, sólo admite una conclusión: la nación jurídica son sólo palabras, que, como ya dijo en su día, «han de estar al servicio de la política». «¿Qué es el divorcio?», preguntaba Walter Burns/Cary Grant a su ex-mujer Hildy Johnson/Rosalind Russell, a la que quería atraer de nuevo. «Unas palabras pronunciadas por un juez». Exactamente. Una sentencia.
Santiago González en su blog, 16/7/2010