ABC 30/03/15
Aunque las conversaciones sobre el programa nuclear de Irán perfilan un cierto compromiso en algunos principios generales, los avances aún se consideran insuficientes y se sigue negociando a contrarreloj. Según aseguran fuentes diplomáticas en la ciudad de Lausana, donde se desarrollan las negociaciones, Irán está dispuesta a reducir su número de centrifugadoras, las máquinas que permiten enriquecer el uranio. La república islámica cuenta en la actualidad con cerca de 19.000 centrifugadoras, la mitad en activo, y la idea es que las reduzca a menos de 6.000. Además, también habría aceptado exportar la totalidad o la mayor parte de sus existencias de uranio enriquecido a Rusia.
Pero «nada está cerrado todavía», dijo una fuente cercana a las negociaciones. Uno de los puntos de fricción es la intención de Irán de investigar para conseguir centrifugadoras más avanzadas, lo que desde el lado occidental suscita el temor de que le facilite conseguir un uranio suficientemente enriquecido como para producir armas nucleares. En este sentido, las conversaciones tratan de definir la duración de la moratoria sobre investigación y desarrollo nuclear que se le impondrá a Irán, que podría estar entre los 11 y los 15 años.
Tampoco hay entendimiento en cómo levantar las sanciones que la comunidad internacional ha puesto a Irán y que lastran su economía. El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, quiere que sea un proceso gradual y condicionado a la apertura del programa nuclear iraní a los inspectores internacionales. Irán defiende que no puede haber acuerdo si no se incluye una desaparición rápida de las sanciones.
No es la única condición iraní para conseguir algún progreso. «Conservar nuestro programa de enriquecimiento, que tengamos un número sustancial de centrifugadoras y que no se cierre ninguna instalación, en particular la de Fordo [una de las exigencias occidentales es que se deje de enriquecer uranio en ella], son la base de nuestra negociación», insisten los negociadores aseguró una fuente diplomática iraní. La negociación debe acabar mañana, pero ya se habla de posibles retrasos.