EL MUNDO 20/10/13
· El PNV iniciará una ronda de contactos políticos sobre la relación Euskadi-España
Hasta ahora, el PNV tenía el motor al ralentí, casi parado. Al cumplirse ayer el primer aniversario de la victoria electoral que le llevó de nuevo al Gobierno vasco, decidió anunciar que el tren en busca de nuevo estatus jurídico y político para Euskadi iba a emprender su marcha para pasar de las palabras a la concreción y al contraste parlamentario. Lo hará el mes que viene, para cuando la formación nacionalista anuncia que iniciará la ronda de contactos con los partidos, no sólo para presentarles la propuesta que plantea para actualizar la relación institucional entre Euskadi y España –que espera desde hace meses en Sabin Etxea–, sino también para definir en qué formato abrir un debate que no se antoja nada fácil.
Por si acaso, y con el recuerdo del fiasco Ibarretxe presente y el riesgo del contagio de la vía catalana rodeándoles, el PNV no quiere calentar en exceso el motor de su aspiración soberanista. La prudencia marcó el anunció hecho ayer por el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, acompañado por el lehendakari, Iñigo Urkullu, de activar la negociación por un nuevo estatus para Euskadi. El PNV se ha marcado este curso político como plazo para dar forma a la propuesta que quiere someter al Parlamento primero y, tras su aprobación, a la sociedad vasca.
Una cuestión que la formación jeltzale se ha empeñado en abordar con el tiento necesario para ganarse adeptos. Ortuzar subrayó que comienzan a andar el camino siendo «muy respetuosos no sólo en la negociación de los textos, sino también en la fijación del procedimiento», aseguró. El PNV insiste en que no habrá imposiciones. Los planes Ibarretxe o el plan Ardanza siguen siendo «un referente», pero no se repetirán. El lehendakari lo dejó claro, la propuesta que lleven a la Cámara vasca será la del PNV, «no será un plan Urkullu», dijo. Añadió que lo defenderá «con ardor» pero abierto a incorporar aportaciones del resto de partidos. Respecto al plazo que se marca el Gobierno para llevar una propuesta de nuevo estatus a consulta popular, Urkullu negó que el PNV haya renunciado a que se plantee en el año 2015, tal y como anunció en su programa de Gobierno.
Por su parte, el presidente del EBB confió en que el PP no «vete» el proceso y acceda a «hablar» de buscar un nuevo marco jurídico y político para Euskadi: «Somos la única comunidad que no ha afrontado un proceso de actualización y reforma de su estatuto», aseguró Ortuzar.
Respecto a la izquierda abertzale, señaló que deberá afrontar un cambio de actitud «porque se ha quedado sola». Un aislamiento que vinculó a su negativa a suscribir el acuerdo fiscal firmado entre PNV, PSE y PP, y tras lo que «se ha dado cuenta de que es un error», según el líder nacionalista.
En su repaso de los primeros 10 meses de Gobierno, el lehendakari confirmó que no existe riesgo de «involución» en ETA, pese a que se vive «una situación de bloqueo» en el proceso de paz. Urkullu apeló a dar nuevos pasos tanto a ETA como al Gobierno de Rajoy. A la primera le recordó que tiene la «única responsabilidad de consolidar la paz dando un paso más en el desarme» y al Ejecutivo popular, ayudar a la convivencia en Euskadi modificando su política penitenciaria «atendiendo a los nuevos tiempos y a los derechos que asisten a los presos y a sus familias».
El lehendakari sí anunció que el próximo año se aprobará el Plan de Paz y Convivencia en el que «hasta la fecha no se ha producido un avance conforme a las expectativas generadas por la declaración de ETA de hace dos años». Urkullu volvió a apelar al acuerdo de las distintas «familias políticas» en al menos los «microacuerdos» que plantea como punto de partida para cerrar un compromiso ético sobre la valoración del pasado violento, un acuerdo político que instale la «confianza» en el presente y una propuesta «socioeducativa» para construir la convivencia del futuro. «No nos podemos permitir la inacción y el inmovilismo», aseguró, «nuestro destino es el consenso».
Por otro lado, el secretario general de EA, Pello Urizar, advirtió ayer al PNV de que si su apuesta es una reforma del Estatuto de Guernica tendrá «muy poco recorrido» y tendió la mano al partido jeltzale pero para avanzar hacia «un proceso soberanista».