IGNACIO CAMACHO – ABC – 16/11/15
· «El problema no es sólo de seguridad y de prevención, sino político: la importancia de las reacciones de opinión pública».
«Puede ser hasta con agua hirviendo. Sí, literal. Hay en la red llamamientos de Al Bagdadi y del Daesh que instan a los yihadistas a atacar en España con las armas que tengan más a mano, incluso domésticas, y mencionan eso. Por ello la cuestión clave, dicha con crudeza, no consiste en si se va a producir un atentado aquí, sino cuándo y con qué magnitud, con qué alcance. Las fuerzas de seguridad y de inteligencia están trabajando bien, yo diría que muy bien; el control de sospechosos es eficaz e intenso, pero ni te imaginas lo fácil que puede ser matar sin motivo y aún más si no te preocupa la escapatoria». Habla un experto antiterrorista, asesor de organismos internacionales, especialista académico.
«Estos días estamos cruzando información en varios think tanks europeos y la conclusión es ésa: Reino Unido, Alemania y España somos los próximos escenarios potenciales, en ese orden de probabilidad. Nosotros tenemos la ventaja relativa de que nuestros inmigrantes son en su mayoría de primera generación, bastante integrados, pero ya hay muchos jóvenes radicalizados y además su captación se efectúa en muy pocos meses a través de internet. La consigna es atentar sin entrenamiento si es menester: de cualquier manera y en busca del mayor daño».
«En estas circunstancias, el problema no es sólo de seguridad y de prevención, sino político: la importancia crucial de las reacciones de opinión pública, más allá del sentimentalismo y la emotividad blanda. Y en ese sentido no soy optimista; tenemos precedentes poco alentadores, ya sabes de qué hablo. El Pacto Antiyihadista es un paso muy importante, que garantiza cierta estabilidad en la cúpula dirigente, pero el ruido social es muy intenso.
Existe un sector ideológico radicalizado, con mucho liderazgo de comunicación, que insiste en la culpa occidental y en la relativización de las responsabilidades, y todavía percute sobre la invasión de Irak, las Azores y todo eso. Y una corriente antiislámica creciente, excitada por la crisis de los refugiados. Un esquema muy bipolar, de enfrentamiento interno cruzado con el debate nacional y los rescoldos del 11-M. El clima de división que, sumado al efecto espectáculo de los medios, multiplica la onda expansiva del terror».
«El artículo de Julio Rodríguez –¡¡un ex-Jemad, Dios Santo!!– y el gesto de Pablo Iglesias de rechazar el Pacto de Estado son signos muy desalentadores: restan cohesión colectiva y le dan expresión política al antioccidentalismo acomplejado de cierta izquierda. Después de una tragedia lo segundo peor es que se desate un desencuentro civil. Es una cuestión de imperativo ético, de unidad democrática sin fisuras. No, creo que no estamos preparados para una reacción serena y entera. Este también es un combate de fortaleza moral y hay mucho trabajo que hacer aún en ese sentido, demasiado quizá. La duda es si vamos a tener tiempo…».
IGNACIO CAMACHO – ABC – 16/11/15