Del blog de Javier Elorrieta.
Leí el otro día las declaraciones de Esozi Leturiondo, Vda. de Mario Onaindía. Todo lo que hablé con él, antes de su fallecimiento me permite decir, con convencimiento personal, que Mario no hubiera estado en absoluto de acuerdo con esas manifestaciones. Es más, estoy convencido, por razones de intercambio de criterio, cuando escribí un artículo en El País, en el que critiqué la posición de alteración formal de neutralidad de Ramón Jauregui, como responsable de la Gestora del PSE-EE tras la forzada dimisión de Nicolás Redondo Terreros. Porque con «torpeza de sinceridad» Jáuregui explicitó que parte de su papel era cambiar la política de alternativa constitucionalista y volver a la senda de acuerdos con el PNV. Mario no estaba de acuerdo con volver por el camino abertzale.
Vino la ruptura de los acuerdos de Estado con el PP. Vino el Pacto del Tinell. Un paréntesis posterior de Lehendakaritza de Patxi López, gracias a la generosidad del PP, al que manifestó más inquina y odio, que a los que asesinaban compañeros suyos. La hemeroteca está llena de muestras. Incluida la indignidad de su comportamiento con Rajoy en el funeral de Isaías Carrasco, en Mondragón.
Estos recuerdos los hago para destacar el artículo de quien aún mantiene, de las personas destacadas, que supongo siguen afiliados al Psoe,algún viso de respetabilidad política.
Aunque personalmente creo, que ya no tiene este PSOE solución. La enorme deriva de ZP. no pudo ser reconducida en la época de Javier Fernández. Llegó Sánchez , el «NOISMO». Y el deterioro generalizado institucional, haciendo caer España en todos los parámetros comparativos que se referencian a la vida política económica e institucional de las democracias . Por mucho que el oficialismo gubernamental quiera ocultarlo.
Tanto la formación del Gobierno con los comunistas bolivarianos, defensores de dictaduras en Iberoamérica. Como los soportes parlamentarios del nacionalismo secesionista, incluida la expresión política del terrorismo de ETA, son la realidad evidente y soporte innegable de esa deriva.
El lamento, cierto y sentido, de Nicolás Redondo sirve para evidenciar el desastre político al que ha llegado el PSOE. Desde ZP hasta Pedro Sánchez. Pero siento expresarle mi convencimiento de que tanta basura política ya no es posible reciclar.
No se pierdan el resto de artículos.