• Del Blog de Javier Elorrieta
Hoy la inteligente ironía de Jon Juaristi.
Sobre el asunto les recomiendo los ensayos de Juan Ramón Lodares (QEPD) Gregorio Salvador, y Libelo sobre la cultura en Euskera de Matías Mújica.
El criterio de estos autores, intelectualmente dignos y sensatos, sobre la valoración de  los idiomas por la funcionalidad de los mismos, son sistemáticamente repudiados. Lo que hace que en ocasiones se llegue a conseguir sumar a la imposición, el coste de dinero y tiempo inútil, y la mayor de la ridiculeces. Como la de hablar, como he visto, diez minutos para nadie. Sólo por ridícula liturgia idiomática. O pedir perdón a un auditorio por no expresarse en un idioma que no hablan los del auditorio. O manifestaciones donde las consignas que se corean y las pancartas que exhiben sistemáticamente son expresados en idioma diferente al que van hablando los manifestantes del cortejo. Supongo que así creerán que tiene más fuerza reivindicativa. Cansancio, aburrimiento y majadería. Pero se sienten ridiculamente realizados en un idioma que casi no usan y en muchos casos ni dominan.
Y no se dan cuenta de la prueba de simulación definitiva. Que si se les olvidara el idioma que añoran, salvo alguna anécdota, no pasaría nada. La vida económica, comercial, social, todo seguiría funcionando. Y si se les olvidara la lengua que menosprecian y definen, falaz y estupidamente, como impuesta, se podría escribir un remedo del Ensayo de la Ceguera, pero sobre la Sordomudez. Y el País Vasco entero, quedaría absolutamente paralizado. No funcionaria el transporte , ni la industria, ni los servicios financieros, nada de nada.
Lo dije en una ocasión en el Parlamento Vasco. La señora Idoia Zenarruzabeitia me dijo, «Le voy hacer un favor. Como que no le he oído». ¿Fui demasiado certero.? ¿O será que fui demasiado blasfemo?.
Por cierto, jamás se ha realizado un Consejo de Gobierno Vasco en euskera. Ni en el periodo cortito de José Antonio Aguirre. Ni en la época actual.
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