La oposición debería aplaudir y jalear

RAMÓN PÉREZ-MAURA – ABC – 29/04/17

Ramón Pérez Maura
Ramón Pérez Maura

· Pedir responsabilidades in vigilando –que no sólo tuvo Esperanza Aguirre– no tiene mucha utilidad ahora.

Tiempos extraños. Esta semana hemos visto a la ultraizquierda española, defensora del régimen criminal de Venezuela, demostrar cuál es su entendimiento de la libertad de prensa. Una emisora de radio de propiedad privada (la SER) tiene una tertulia a la que invita a políticos de tres partidos a participar.

Y Podemos decide que el invitado de su partido, Íñigo Errejón, ya no puede ir y que va a ser sustituido, también ahí, por Irene Montero. Así entienden la libertad de prensa: se puede decir a los directores de los medios a quién pueden invitar a un programa y a quién no. Si se atreven a intentar imponerse así sobre un medio privado como la SER cuando todavía son el tercer partido de España, cabe imaginar lo que llegarían a hacer si lograran alcanzar el poder alguna vez. Lo que ha hecho la revolución bolivariana con los medios venezolanos sería una broma experimental comparada con lo que viviríamos en España.

Pero todavía se sienten fuertes. El jueves los de Iglesias se atrevían a proponer una moción de censura contra el Gobierno de Mariano Rajoy. Estos ideólogos del chavismo, un régimen que no es capaz ni de destituir a los miembros de su administración que están acusados de narcotráfico por Estados Unidos –con pruebas incontestables– quieren acabar con un Gobierno que se caracteriza por encarcelar a los miembros de su propio partido a los que ha pillado con las manos en la masa. Desgraciadamente son demasiados.

Pero yo dudo que sean más de los que pudo haber en Gobiernos de otro color. La única diferencia es que el Gobierno de Rajoy no ha puesto ningún freno a la actuación de la Justicia. Sus frenos han sido dentro de su propio partido, como el de negar a Ignacio González la posibilidad de ser candidato a la reelección como presidente de la Comunidad de Madrid. Y el de llevar a la Justicia todas las pruebas que se han ido descubriendo.

La tragedia del Gobierno Rajoy es su incapacidad para capitalizar sobre su regeneración de la clase política y de su propio partido. Rajoy fue el sucesor de Aznar gracias –entre otras cosas– a asumir parte de su equipo. Tardó más de una legislatura en renovar esos cuadros. Y, todavía trece años después, sigue saliendo basura de los cajones. Pedir responsabilidades in vigilando –que no sólo tuvo Esperanza Aguirre– no tiene mucha utilidad ahora. Pero lo que no puede hacerse es culpar a esta administración de los Bárcenas et

alii. Aquí estamos viviendo un proceso de limpieza de sentinas que debería ser bueno para la democracia y que la oposición debería aplaudir y jalear. Pero son incapaces de hacerlo porque saben que si ellos tuvieran que cortar cabezas de sus propios compañeros, probablemente no serían capaces de hacerlo.

Vivimos tiempos en los que la oposición en España está dividida entre los maestros de Chávez y Maduro, los chicos de Ciudadanos que tienen la peor característica que puede esperarse de un partido político: nunca se sabe dónde están. Y un PSOE que lleva un año desaparecido de la primera línea y sometido a un proceso de renovación que esperemos, por el bien de nuestra democracia, que no acabe siendo el parto de los montes. En esas circunstancias la crítica política puede volverse atrabiliaria, como es el caso. ¿No se dan cuenta de que si siguen arremetiendo como lo hacen contra el proceso de regeneración que encabeza Rajoy lo que fomentan es que en los partidos escondan sus vergüenzas en lugar de limpiarlas?

RAMÓN PÉREZ-MAURA – ABC – 29/04/17