Ignacio Camacho-ABC
- Ábalos era el ‘señor Lobo’ del Gobierno. El hombre de los secretos. Y el escándalo Plus Ultra depende de su silencio
Para entender la salida de Ábalos del Gobierno hay que conocer la importancia de los códigos de silencio. En el entorno sanchista nadie quiere poner la mano en el fuego por el que hasta antier mismo era el hombre fuerte del partido, ni preguntarse las verdaderas razones de un cese tan inesperado como expeditivo. Pero es de común conocimiento que se trataba del ‘comemarrones’ del Gabinete, esa clase de personajes sobre los que recaen las cuestiones ingratas con las que no conviene que se manche las manos el que manda. Puede ser un viaje relámpago al centro de inmigrantes de Canarias, una compra urgente de mascarillas en pleno estado de alarma, una cita nocturna en Barajas fuera de los cauces oficiales de la diplomacia. «Que se encargue alguien de confianza». El `señor Lobo´ capaz de resolver asuntos incómodos por sus propios métodos y, llegado el caso, llevarse consigo los secretos y blindarlos en un pacto anudado con un lazo de lealtad y otro de precio.
En esa nube de gestiones oscuras flota estos días la peripecia judicial de la ‘operación Plus Ultra’. La magistrada Collazos se hace demasiadas preguntas y mientras averigua las respuestas ha suspendido la entrega de dos tercios de la ayuda pública. Aunque la investigación señala a la SEPI, que tiene imputada por presunta malversación y prevaricación a toda su cúpula, en los ministerios de Economía y Hacienda desvían hacia Ábalos cualquier duda de conducta irregular o de actuación turbia. Ante la posibilidad cierta de un paseíllo de altos cargos está abriéndose paso una línea de autodefensa basa en el elemental principio de sálvese el que pueda. En ocasiones como éstas siempre prima la estrategia de esquivar responsabilidades lanzándolas hacia el que ya está fuera. Y con razón o sin ella, los implicados apuntan ‘sotto voce’ vínculos con el viaje de Delcy y sus maletas. La conexión Venezuela. La noche del aeropuerto, la mano experta del que todo lo arregla, su media docena de versiones contrapuestas. Los créditos en Panamá, los testaferros chavistas de una compañía aérea que no vuela.
El Tribunal de Cuentas ha dado un respiro al Ejecutivo al archivar la denuncia de C´s por falta de indicios. El consejero que la ha inadmitido fue propuesto por el PSOE; ya no se trata, como dijo Sánchez, de un simple órgano administrativo. Sin embargo el juzgado sigue adelante y espera un dictamen de los peritos. El ex ministro sirve de cortafuegos político pero la contingencia de que el escándalo acabe en un juicio -por ahora sin aforados, para mayor peligro- tiene a mucha gente en vilo. Hablamos de un rescate de 53 millones de euros rodeado de decisiones controvertidas y lagunas de procedimiento. Un precedente tóxico en víspera del reparto de los fondos europeos. La pista de ese dinero es un cable de alta tensión suelto que en cualquier momento puede soltar la chispa que prenda un incendio.