EL CORREO, 07/11/12
Cada institución decide celebrar los actos de homenaje por separado y no consensuarán una declaración única.
BILBAO. Por tercer año consecutivo, y como ocurriera desde que nació en 2010, el Día de la Memoria por las víctimas del terrorismo vuelve a estar salpicado por la polémica. Poco, por no decir nada, queda de la vocación de unidad que se intentó trasladar a esta efeméride, cuya celebración está prevista el próximo sábado, 10 de noviembre. El resultado de la falta de acuerdo entre las fuerzas políticas, sumado a la situación de ‘interinidad’ en la que se encuentra el Parlamento vasco tras las últimas elecciones, desembocará en esta ocasión en una jornada con multitud de actos dispersos –algunos ni siquiera estaban cerrados del todo ayer–, sin ninguna visión institucional de conjunto.
Al hablar del Día de la Memoria hace falta, precisamente, hacer memoria. Su origen está en un acuerdo suscrito hace tres años por el Gobierno vasco, el Parlamento, las juntas generales de los tres territorios históricos y la Asociación de Municipios Vascos, Eudel. Los firmantes consensuaron no solo fijar el 10 de noviembre como fecha para el homenaje –se eligió por ser uno de los pocos días del calendario sin atentados terroristas–, sino que dieron el visto bueno a un manifiesto único al que se daría lectura en los diferentes actos que organizaran las instituciones, simbolizando con ello la unidad política en recuerdo de las víctimas. La jornada, no obstante, se destinó en un inicio a los damnificados por el terrorismo, lo que motivó el desmarque de Aralar y EA.
En 2011 la historia se repitió, aunque el tono de la bronca política se elevó a otros niveles. El detonante fue entonces la decisión del Gobierno vasco de apostar por reconocer también en esta efeméride a las víctimas de abusos policiales, en coherencia con el trabajo llevado a cabo desde la consejería de Justicia por reparar a este colectivo olvidado.
Los partidos intentaron sin éxito consensuar un texto, en el que se mencionara no solo a los damnificados por ETA y otros grupos terroristas, sino también a estos últimos afectados. La cerrazón del PP y de UPyD convirtió esta tarea en una misión imposible y el resto de formaciones optó por dejar en manos de cada institución la celebración de este día. La unidad brilló por su ausencia, derivando en una jornada deslucida que ni siquiera contó con la presencia de sus protagonistas en ninguno de los homenajes que se realizaron: las víctimas. En su primera edición, los colectivos de damnificados por el terrorismo acudieron al acto organizado en Ajuria Enea.
Un año después, el guión es similar. Pero esta vez no solo cada institución irá por libre, sino que la efeméride parece haber cogido a buena parte de las mismas con el pie cambiado. Prueba de ello es que, a excepción del Gobierno vasco, el resto de administraciones aseguraron haber decidido ayer mismo, a cuatro días de la cita, qué actos llevarán a cabo. Algunas de las instituciones ni siquiera tenían cerrados los homenajes, e incluso en el caso del Parlamento vasco, la convocatoria unilateral de su presidenta en funciones, Arantza Quiroga, pilló por sorpresa a los grupos.
El PSE, de la mano de su portavoz, José Antonio Pastor, no dudó en hacer público su «malestar» por el «proceder» de Quiroga, a la que reprochó que decidiera ayer organizar por su cuenta un sencillo homenaje en la Cámara legislativa, sin consultar al resto de partidos. El lunes se reunió la Mesa del Parlamento, sin que, según denunció Pastor, se hiciera mención alguna a esta cuestión. «Arantza Quiroga se despedirá de la Cámara jugando a política», censuró.
Ceremonia silenciosa
El Parlamento realizará una ofrenda floral silenciosa junto a la escultura por las víctimas instalada en la entrada de su sede. El año pasado, la presidenta se decantó a última hora por incluir una banda en la corona en la que podía leerse: ‘En memoria de las víctimas del terrorismo’. Como respuesta a este detalle, PNV, Aralar, EA y EB colocaron un segundo centro de flores sin ninguna banda, para reivindicar un 10 de noviembre abierto a todos los damnificados. En esta ocasión, según afirmaron desde Presidencia, no se colocará lema alguno. Al homenaje han sido invitados los miembros de la Diputación Permanente –la Cámara se disolvió con motivo de los pasados comicios–, así como los colectivos de afectados.
La fórmula de la ofrenda floral es la que han elegido, asimismo, el resto de instituciones. En el caso de Bizkaia y Álava se realizará un acto en cada territorio que englobará a diputaciones, juntas generales y a los ayuntamientos de Bilbao y Vitoria, respectivamente. En el caso de la capital vizcaína, el homenaje se llevará a cabo ante la escultura por las víctimas del parque Doña Casilda, mientras que en Vitoria tendrá lugar frente al monumento por los damnificados ubicado en Lakua, junto a la comisaría de la Ertzaintza. Está previsto que el líder del PNV, Iñigo Urkullu, acuda al acto de Bilbao. Las Juntas Generales de Gipuzkoa, por su parte, aprobaron ayer celebrar una ofrenda floral en los jardines de su sede en San Sebastián, a la que han invitado al diputado general de dicho territorio histórico, de Bildu. Martin Garitano participó el pasado año en la efeméride.
Estos actos se unirán a los dos que tiene previsto celebrar el Gobierno vasco. El primero, en memoria de los ertzainas asesinados por ETA, se hará en Arkaute. Y el segundo, en Ajuria Enea. Este último estará presidido por el lehendakari, Patxi López, y servirá de despedida a Maixabel Lasa, tras su renuncia a continuar al frente de la Dirección de Víctimas.
EL CORREO, 07/11/12