EL CORREO – 11/09/14
· Un documento de la lucha antiterrorista desvelado por la Fiscalía descarta una «pronta disolución» de ETA.
· Asegura que la cúpula etarra tiene «la pretensión de perpetuarse como un agente político más».
Los Servicios de Información de Policía Nacional y Guardia Civil disponen de informes en los que alertan de las labores de «formación y captación de nuevos integrantes» para Ibil, grupo radical que apuesta por mantener la kale borroka y que discrepa de la actual estrategia de la izquierda abertzale, contraria a los métodos violentos. Esta tesis de los expertos en la lucha antiterrorista aparece en un apartado de la memoria de 2013 que ayer hizo pública la Fiscalía General del Estado, en Madrid.
Los responsables del Ministerio Público en la Audiencia Nacional diseccionan en un extenso documento lo que fue su actividad durante el año pasado y aluden, en concreto, a los procedimientos abiertos en relación con el terrorismo. Destacan el mayor volumen de asuntos relacionados con el yihadismo –convertido ya en la principal amenaza del país– y el aumento de los grupos violentos ligados al independentismo gallego. Y en referencia a ETA incluyen un análisis de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado elaborado a comienzos de 2014. El informe sostiene que el cese de la actividad armada decretado por la banda terrorista en octubre de 2011 «es firme» y que no existe «ningún indicador relativo a un retorno a las acciones armadas», aunque también se subraya que «tampoco» lo hay «sobre una pronta disolución de la banda terrorista.
Los investigadores sí llaman la atención sobre la existencia de «grupos disidentes contrarios a la actual estrategia de ETA/izquierda abertzale» que «no renuncian a la utilización de todo tipo de lucha, incluida la armada». Entre estos colectivos sitúan a Ibil (Iraultzaileen Bilguneak), del que advierten «ha incrementado su actividad durante los últimos meses con acciones de formación y captación de nuevos integrantes».
«Esperpéntico episodio»
El texto de Policía y Guardia Civil fue elaborado en una fecha indeterminada, aunque posterior a la visita de la Comisión Internacional de Verificación, de finales de febrero, donde se dio a conocer un vídeo en el que la banda aseguraba haber inutilizado un pequeño número de armas. Para los expertos policiales se trató de un «singular y esperpéntico episodio», que evidencia «la inoperancia y la inutilidad de los llamados ‘verificadores internacionales’».
El análisis no incluye, sin embargo, ninguna referencia al ataque de violencia callejera del pasado agosto, en el que desconocidos calcinaron cinco autobuses en Loiu y lo vincularon a la situación de los presos. Un sabotaje que, sin embargo, no ha encendido las alarmas en el Ministerio del Interior, cuyos responsables, como informó este periódico, no creen en un rebrote de la kale borroka
El informe hecho público ayer por la Fiscalía dibuja lo que la banda es ahora y lo que pretende ser en el futuro. Asegura que la cúpula etarra tiene «la pretensión de perpetuarse como un agente político más», que no existen «actitudes de arrepentimiento o de petición de perdón a las víctimas» y que la organización «sigue sin renunciar a lo que considera el capital histórico que supone su actividad» durante medio siglo. Según este análisis, los constantes llamamientos de ETA a «iniciar un proceso de negociación» con Francia y España muestran la «impaciencia» de los dirigentes de la banda.
La organización terrorista habría, según esta tesis, reducido su «estructura militar potenciando su actividad política y de comunicación», aunque los especialistas destacan la persistencia de «estructuras como la de falsificación, que continúa siendo muy eficaz» hasta el punto de haberse incautado en los últimos meses en Francia «documentos falsificados de extraordinaria calidad». ETA, creen los expertos, ha sacado «parte de sus estructuras» fuera de Francia «para salvaguardarlas de la acción policial» y se ha reorganizado para «adecuarse» al cese definitivo y «preservar su mermado potencial terrorista». En este sentido, ha ganado «peso su ‘aparato político’, ‘Poltsa’».
La Policía entiende que la banda se ha marcado como objetivo «conseguir mejoras parciales en la situación penitenciaria» de sus reclusos para, a posteriori, «lograr el objetivo último, la libertad de todos ellos». Recuerda, asimismo, que a finales de 2013 alrededor de 125 huidos de ETA sin causas pendientes, solicitaron un pasaporte para regresar a Euskadi y lo hicieron en las embajadas de Francia, sobre todo, pero también en las de Bélgica, Cabo Verde, Cuba y Reino Unido.
EL CORREO – 11/09/14