EL CORREO 21/02/15
· Las fuerzas de seguridad no descartan un próximo gesto de sellado de alguno de los pocos zulos que aún controla la banda
ETA ha dejado de controlar «una buena parte» de sus zulos. Es el análisis que hacen las fuerzas de seguridad españolas, que en sus informes internos aseguran que la banda «da por perdidas» muchas de las armas que oculta aún en sus arsenales de Francia. «Se hallan en zulos que ETA considera comprometidos tras las detenciones de 2013», subrayan fuentes de la lucha antiterrorista. La Policía alude, de esta manera, a la redada que en mayo de hace dos años sirvió para desmantelar el considerado núcleo del aparato de la logística militar, entramado refundido que se encargaba del mantenimiento y la subsistencia de las estructuras clandestinas de la retaguardia gala, además de vigilar los zulos y de la falsificación de documentos. :: EL CORREO Dirigentes de ETA y miembros de la Comisión de Verificación escenificaron la entrega de unas pocas armas en Toulouse el año pasado.
En una operación simultánea en varias ciudades, fueron desarticuladas tres células con un total de media docena de miembros de la organización terrorista detenidos, entre los que se encontraba Andoni Goikoetxea Gabirondo, un antiguo segalari al que los especialistas antiterroristas situaban como uno de los principales expertos en explosivos. La investigación que derivó en esos arrestos se había iniciado en octubre de 2012 con la captura de Izaskun Lesaka, considerada por las fuerzas de seguridad españolas como la «máxima responsable» del aparato logístico de ETA.
Dos duros golpes que han acentuado, según este análisis policial, el temor de la cúpula etarra a que sus miembros sean descubiertos durante la inspección de los zulos. Responsables de la lucha antiterrorista sostienen que la banda cuenta con un ligero estadillo de sus arsenales, aunque ese listado no está aún «completo» porque los terroristas no han inspeccionado muchos de esos agujeros.
La Policía entiende, en este sentido, que ETA ha dividido sus arsenales en cuatro grupos. El primero, y más controlado por la organización, consta de «una pequeña parte de armas y otros artefactos» que se encuentran en zulos que la cúpula terrorista «ya ha inventariado» y cuyo contenido estaría dispuesta a hacer público. Los analistas policiales advierten, no obstante, que la banda no contempla, en ningún caso, revelar «la localización» exacta de ningún depósito. A esta porción de armamento pertenece el pequeño material que la Comisión Internacional de Verificación, presidida por Ram Manikkalingam, presentó hace justo un año en un céntrico hotel de Bilbao, en lo que ha sido el único gesto de desarme protagonizado por ETA desde el anuncio definitivo de cese de la actividad armada en octubre de 2011.
Frente a este grupo de armas, la cúpula terrorista clasifica en otros tres apartados el resto del material que acumula. La parte más significativa es la que los expertos policiales consideran que se «da por perdida». «Ni siquiera piensan en intentar verificar cuántas armas hay y de qué tipo» ante el temor a que esos escondites estén vigilados, sostienen las fuentes consultadas. Otra pequeña parte del arsenal estaría repartido en puntos que la organización «no tiene plena seguridad» de que no se encuentren «quemados»; mientras que «una parte residual de las armas» se halla en zulos cuya localización exacta «sólo conocen algunos terroristas en prisión en Francia». «ETA ni siquiera tiene el control de sus armas», concluyen los informes.
«Sellado virtual»
Las fuerzas de seguridad no descartan, en cualquier caso, que la banda pueda protagonizar en los próximos meses algún nuevo gesto de desarme. Una «escenificación de sellado virtual» de sus zulos para «favorecer los resultados electorales de EH Bildu», interpretan. La Comisión Internacional de Verificación (CIV), a la que el Gobierno de Mariano Rajoy no da ninguna validez ni credibilidad, emitió a finales de diciembre un comunicado en el que aseguraba haber «recibido informes» de la banda de que «continúa» el proceso de «sellado y puesta fuera de uso operativo de sus armas, munición y explosivos». Sin embargo, no ofrecía pruebas de cómo se está llevando a cabo ese mecanismo. Tampoco incluía un calendario y la propia comisión admitía que no existe un «inventario» de lo que ya ha sido inutilizado.
El equipo de Manikkalingam no tiene previsto visitar Euskadi en las próximas semanas ni dar a conocer ningún avance en el desarme de ETA, aunque fuentes que tienen relación con este grupo reconocen que existe cierta «frustración» porque el proceso no avance a una mayor velocidad. Algo que, según los verificadores, obedece a los «obstáculos prácticos y legales» que los gobiernos de España y Francia están poniendo a la banda para moverse por suelo galo y visitar los zulos.
La CIV ya descartó convertirse hace un año en la encargada de revisar esas instalaciones. Sus componentes entienden que ese gesto ya lo hicieron al grabar un vídeo en la ciudad de Toulouse en el que se veía cómo miembros de ETA les entregaban una relación de armamento y explosivos que se comprometían a dejar fuera de servicio. Fue la cinta que se emitió desde la BBC mientras la comisión daba una rueda de prensa en Bilbao, ayer hizo justo un año.
Los expertos de las fuerzas de seguridad españolas discrepan con este análisis de los verificadores. Están convencidos de que «ETA nunca va a entregar las armas, porque no quiere representar su derrota con esa entrega». Ni ante las Fuerzas de Seguridad del Estado, ni ante la Policía gala, ni ante intermediarios facilitados por el Gobierno vasco, como propuso el Ejecutivo de Iñigo Urkullu a finales del año pasado. Los especialistas antiterroristas, que tampoco consideran posible que esas armas vayan a ser destruidas, creen, sin embargo, que la organización quiere manejar su arsenal como «moneda de cambio» para negociar el futuro de sus actuales miembros y de los presos.
Y frente a quienes aseguran que las autoridades francesas estarían dispuestas a dar unos pasos que Rajoy se niega a realizar, los expertos policiales sostienen que los atentados yihadistas de París, en especial el ataque a la revista ‘Charlie Hebdo’, han supuesto un «mazazo» a las «pocas expectativas» que, en su opinión, tenía la izquierda abertzale de influir en algunos sectores sociales y políticos franceses. «La agenda de Francia en la lucha contra ETA es la agenda de España», ha reiterado en numerosas ocasiones el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.