EL CONFIDENCIAL 16/10/14
La política se comió, literalmente, la fiesta del LXIII Premio Planeta, que anoche se concedió en Barcelona. Un fiestón con 900 invitados –muchos de ellos de alto standing– que degustaron crema de tomate pera y albahaca con langostinos, jamón, verduras de temporada en tartar y microbrotes de primero; rape asado con patata confitada, cebolla tierna, rossinyols y jugo de galeras de segundo; y semiesferas de chocolate con interior de fruta de la pasión de postre. En los pasillos, el menú era de Artur Mas rodeado de una guardia de corps de ERC de primero; referéndum aderezado de urnas de cartón piedra y sin censo electoral de segundo; y Mariano Rajoy lanzando mensajes crípticos de postre. Combinados adecuadamente, estos platos pueden convertirse en un menú de lujo.
Sea como fuere, la actualidad de la res publica mandó durante la velada, no en vano se están viviendo los días más intensos políticamente hablando. Para empezar, el presidente catalán acaba de dar por finiquitado el referéndum del 9 de noviembre y, en su lugar, ha ideado un sucedáneo de consulta de andar por casa, sin ninguna garantía democrática y, evidentemente, ningún valor jurídico. A esa convocatoria se le suma la peligrosa fractura que se ha creado en el bloque soberanista y el enfado monumental de ERC, dispuesta a dejar caer el Gobierno de Mas y a enfrentarse a unas elecciones anticipadas que se le antojan ganadas.
Con tanto frenesí, la fiesta del mayor premio literario en castellano (601.000 euros para el ganador y 125.000 euros para el finalista) fue un hervidero de chascarrillos. Había una gran representación de la casta política, empezando por la ministra de Fomento, Ana Pastor; el propio Artur Mas; el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez; la presidenta del Parlamento catalán, Núria de Gispert; la delegada del Gobierno en Cataluña, Llanos de Luna; el consejero de Cultura, Ferran Mascarell; el alcalde de Barcelona, Xavier Trias; el secretario de Estado de Cultura, José María Lasalle; el líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta; el expresident José Montilla; la exministra Ángeles González-Sinde, reconvertida en escritora (eso le comentaba al propio Montilla); el líder de Ciutadans, Albert Rivera; la portavoz de esta formación, Carina Mejías; el exalcalde barcelonés Jordi Hereu; el alcaldable del PSC por la capital catalana, Jaume Collboni; el secretario general de Presidencia de la Generalitat, Jordi Vilajoana; o el exministro y expresidente del Círculo de Economía, Josep Piqué.
Política por todos los lados
Mucho político por metro cuadrado. Y más política en las mesas. Eran 900 comensales que hablaron, sobre todo, de política. “Es que la actualidad manda”, admitía un importante empresario a El Confidencial. ¿Y cómo se ve esa actualidad? “Hay preocupación. Pero se interpreta que Artur Mas ha cambiado de vía y se aleja irreversiblemente de Oriol Junqueras y de ERC. Las aguas vuelven a su cauce y pronto veremos resultados”, explica uno de los empresarios consultados. En otras palabras, parece que no habrá choque de trenes.
Otro es más pesimista. “Coincidimos en que la situación es muy mala, pero se atisba una solución. En resumen, se ve positivo que Mas no se emperre en hacer el referéndum. Eso puede facilitar el diálogo de Barcelona con Madrid… pero habrá que esperar aún a que las cosas no se tuerzan otra vez”. Los cimientos están puestos. En los círculos que se dicen bien informados dan por segura una generosa oferta de financiación que Madrid ya estaría preparando para premiar a un Artur Mas cambiado de vía. Y además, Madrid facilitaría un acuerdo de CiU con los socialistas para que Mas no sea rehén de los republicanos.
Esperada, pues, era la visita del president, porque este hombre despierta cada día más expectación, aunque no sea por cuestiones siempre positivas. De hecho, despertaba él más interés que el posible ganador del Planeta. Y el guión de su particular proceso independentista tiene todos los ingredientes de un thriller político de altura. Así pues, el morbo del Planeta de este año era ver y tocar de cerca al hombre que se ha empeñado en echarle un pulso al Estado. Y al que su anfitrión de anoche, el empresario José Manuel Lara ya ha advertido que si persiste y consigue la independencia se le lleva el grupo Planeta fuera de tierras catalanas. Y adiós premio de 601.000 euros. Y adiós cena anual del Planeta con la crême de la crême de la política, la economía y la sociedad. Y adiós un montón de puestos de trabajo…
Mas y su esposa centraron los focos a la entrada del Palacio de Congresos de Barcelona. Y, casualidades de la vida, el primer político con el que se topó fue el socialista Miquel Iceta, primerizo en la cena planetaria. Precisamente ayer por la mañana fue Josep Antoni Duran i Lleida quien puso sobre la mesa el nombre de Iceta como el hombre que puede dar oxígeno al Gobierno catalán para evitar que caiga si ERC persiste en ahogar a Mas. Por si fuera poco, por algunos círculos de ERC comenzó a circular el rumor de que Mas e Iceta ya habían cerrado prácticamente un acuerdo con el visto bueno de la Moncloa que le permitiría al convergente acabar la legislatura aunque ERC se empeñe en dejarlo caer.
El encuentro Mas-Iceta
“No he hablado del tema con Artur Mas. Es cierto que hace un tiempo le puse sobre la mesa algunas cuestiones, pero no hemos vuelto a hablar más del tema. No sé de dónde salen esos rumores”, reconocía el propio Iceta a El Confidencial minutos antes de encontrarse con el president en el evento. “Miquel, ¿has oído lo que dicen? Todo mentira. Una mentira más, una invención más. Otra”, le dijo el president al socialista. “Yo soy el más sorprendido por lo que ha salido, president. No sé quién se inventa estas cosas”, respondió Iceta. Avatares de la política.Y esos avatares de la política son seguidos de cerca por la casta económica, de la que también había una amplia representación: Jaume Giró (La Caixa), César Alierta (Telefónica), Xavier Faus (Meridia Capital y FC Barcelona), Jaume Guardiola (Banco Sabadell), Josep Miquel Abad (El Corte Inglés), Luis Conde (Seeliger y Conde), Cristina Valls-Taberner (que acudió sin su marido Francisco Reynés, de Abertis), Antoni Rossich (FC Barcelona), Borja García-Nieto (Círculo Ecuestre), Antón Costas (Círculo de Economía), Joaquim Gay de Montellà (Fomento de Trabajo), Antoni Zabalza (Ercros), Enrique Tomás, Mariona Carulla (Palau de la Música), Josep Maria Xercavins (Tauro Real State), Enrique Lacalle (BMP), Javier Monzón (Indra), Leopoldo Abadía, Enric Rovira (Banco Sabadell), Alberto Palazzi (Pronovias), Artur Suqué (Casinos de Cataluña) o el matrimonio Tous, por poner algunos ejemplos.
También la cultura y la sociedad estaban bien representadas. Caras conocidas como Fernando Sánchez Dragó, Karlos Arguiñano, Risto Mejide, Juan Manuel de Prada, Elpidio Silva, Judit Mascó, Manel Fuentes, Miquel Roca o el mismísimo Miguel Ángel Revilla se dejaron ver por el ágape y aguantaron hasta que la portavoz del jurado, Carmen Posadas, se equivocó de sobre y abrió primero la plica de la novela ganadora y luego la finalista. Cosas de los nervios.
Una sorpresa que no era tal
Y, dentro de los cerrados sobres, los nombres que ya todos sabían: el ganador era el mexicano Jorge Zepeda. La finalista, la periodista Pilar Eyre. Cantado. La novela ganadora, presentada con el título Los crímenes del cromosoma XY, se llamaba en realidad Milena o el fémur más bello del mundo, un thriller sobre trata de blancas que transcurre a caballo entre México, España, Croacia y Ucrania. Y Zepeda, que se presentó bajo el seudónimo Eduardo Nevado, tuvo luego que relatar a la prensa cómo fue su experiencia como jefe de la hoy reina Letizia. Porque la joven Letizia Ortiz, en sus prácticas de periodismo, recaló en Guadalajara (México). Allí, Zepeda era director del diario Siglo XXI, que tenía un suplemento llamado Tendencias, algo así como una guía del ocio.
Quisieron hacer un experimento y fichar a jóvenes periodistas sin experiencia (o sea, incontaminados) para que escribiesen en ese suplemento. Y la producción de Letizia era tal que para no perder sus artículos publicaba la mitad con su primer apellido y la mitad con el segundo apellido. “Entonces teníamos a dos reinas publicando”, bromeó. Zepeda, con una larga trayectoria periodística y literaria, era un autor de la casa. A lo largo de su vida profesional creó o dirigió medios como Siglo XXI, Público, El Universal, Día 7, Energía Hoy, o los digitales unafuente.com y sinembargo.mx. Y también publicó libros como Los Suspirantes. Los candidatos de carne y hueso; Presidente electo. Instructivo para sobrevivir a Calderón y su Gobierno; El Presidente; Los Amos de México; Los Suspirantes 2012; y Los Corruptores. Con el premio, Planeta alimenta su cuota de literatura hispanoamericana, con la vista puesta en la cuenta de resultados al otro lado del Atlántico.
La novela de Pilar Eyre, por su parte, fue presentada bajo el título Se llamaba Sébastien, luego trocado por Mi color favorito es verte. Eyre puede presumir de una larga trayectoria periodística y literaria (publicó varias biografías, entre ellas las de la reina Sofía, Victoria Eugenia de Battenberg o Mercedes de Borbón-Dos Sicilias). La novela que presentó al Planeta narra una experiencia autobiográfica sobre un apasionado romance con un reportero francés, que luego fue presuntamente secuestrado en la frontera de Siria y desapareció sin dejar rastro. La protagonista se lanza, entonces, a una frenética carrera para encontrarlo.