¿Por qué ahora y no hace tres años con EHAK, o hace ocho meses con ANV? La respuesta de la Justicia deberá ser más sólida que la utilizada ayer por los socialistas: el cuadro con el anagrama de ETA que adornaba una estancia de Barrena. Habrá algo de más peso. La detención de Barrena ha dejado a Batasuna sin voz, pero la rueda sigue.
Si en las elecciones autonómicas de 2005, no hubo razones para la suspensión de las actividades del Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK) y ahora sí, habrá que concluir que la Justicia, a petición de la Fiscalía General, desde luego, se está «adaptando a las circunstancias» políticas. Tal como recomendaba el propio juez Garzón a su regreso de Nueva York cuando el Gobierno de Zapatero se hallaba en pleno proceso de negociación con ETA.
Una condición que nada ayuda a la defensa de la separación de poderes. En fin, serán las circunstancias o será que ahora lo aconseja la jugada (como le gusta decir al ministro Bermejo) el caso es que los informes policiales que ya habían demostrado la vinculación de las ‘Nekanes’ con Batasuna hace tres años, ahora parecen decisivos para dejar fuera de juego a las formaciones satélite del entorno de ETA.
A los intelectuales demócratas se les ocurren algunas ideas que podrían ser proscritas de la vida pública (las que preconizan el totalitarismo, el sometimiento de la mujer, el ‘appartheid’, las que promueven la práctica del terror ) pero el proceso de ilegalización de las formaciones ‘satélite’ de ETA no tiene nada que ver con la «ilegalización de ideas» como sostiene el Gobierno vasco. A los representantes de EHAK no se les acusa de defender la independencia de Euskadi (como lo hace el PNV, EA y Aralar) sino de haber dado de alta a 49 miembros de la ilegalizada Batasuna.
No es que un primo tenga un cuñado cuya madre es de Batasuna, como intentaba parodiar el presidente de EHAK. Se trata de un uso de tarjetas de crédito que ha demostrado la existencia de una «caja única» del conglomerado. Se trata también del intercambio de mensajes telefónicos dirigiendo el debate parlamentario en la sesión de investidura de Ibarretxe. La realidad ha terminado por ser tan burda que ha acabado por superar las sospechas. Otra cosa es el interés electoral que pueda haber animado al fiscal, después de tantos meses de inactividad en ese sentido y de haber arremetido contra quienes criticaban que los socios de ETA se hubieran instalado en las instituciones.
Ahora toca. Por eso la pregunta del millón se plantea en todos los ambientes políticos: ¿por qué ahora y no hace tres años con EHAK, o hace ocho meses con ANV? La respuesta de la Justicia deberá ser más sólida que la utilizada ayer por los socialistas, que recurrieron al cuadro con el anagrama de ETA que adornaba una estancia de Barrena como prueba de cargo.
No, hombre, no. A la «voz» de Batasuna no se le ha detenido porque una mano hacendosa le diseñara en ‘petit point’ el hacha y la serpiente. Seguro que el hallazgo de una factura pagada por un dirigente de ANV tendrá más peso para probar la vinculación entre todas las formaciones que han ido relevando a Batasuna. La detención de Pernando Barrena ha dejado a Batasuna sin voz. Pero la rueda sigue.
Tonia Etxarri, EL CORREO, 6/2/2008