EL MUNDO 31/01/14
· «Ya nada es igual y las soluciones que se exigen son muy diferentes», dice ante Santamaría
La presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga, adelantó ayer las directrices de su partido para una nueva etapa política que cuenta con el respaldo explícito de Mariano Rajoy y en la que apuesta por la «centralidad y la moderación». Quiroga ha decidido consolidar el liderazgo que heredó de Antonio Basagoiti en mayo de 2013, con la elaboración de un discurso propio que anticipa las bases de la ponencia política que se analizará en el congreso extraordinario que los populares vascos celebrarán en San Sebastián el próximo día 8 de marzo. Un discurso que sitúa sus cimientos en la historia de este partido, revitalizado en los 90 por Mayor Oreja, pero que Quiroga pretende transformar para «protagonizar los próximos años en Euskadi».
Arantza Quiroga encontró en la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría el aval de la oficialización de un mensaje político que, hasta ahora, la presidenta del PP vasco no había articulado como propuesta de renovación. Quiroga subrayó la necesidad de su partido de «renacer y adaptarse» como «signo de vitalidad» en una cita tomada del fundador del Grupo Cooperativo Mondragón, el sacerdote Arizmendiarrieta, una referencia habitual entre los directivos de esta asociación de cooperativas e, incluso, de los políticos nacionalistas, pero muy alejada de los dirigentes del PP vasco.
Esta reflexión –convertida en principio y fin de su intervención– le permitió exponer un renovado mensaje político en el que primó «los nuevos valores» de quienes representan «una nueva generación en la política vasca», refiriéndose a la dirección conformada por ella misma junto a Iñaki Oyarzábal, Borja Sémper o Antón Damborenea, dirigentes avalados por el ex presidente Jaime Mayor Oreja en la década de los 90 y que ya atesoran una dilatada experiencia en cargos de representación institucional. Pero esa ruptura frente a referentes del PP vasco críticos con la actual dirección del partido, como el propio Mayor Oreja o la ex presidenta María San Gil, también fue ratificada en el turno de preguntas, cuando a Quiroga se le interpeló por la decisión de Mayor Oreja de renunciar a repetir como candidato al Parlamento Europeo. «Unos se van y otros siguen. Unas veces estás y otras no, y no pasa nada. Es ley de vida. Es así», señaló Quiroga, que no sólo contó con el apoyo de sus compañeros de la dirección del PP y de cargos institucionales, como el alcalde de Vitoria Javier Maroto y el diputado general de Álava Javier De Andrés, sino también con representantes empresariales como el presidente de Confebask, Miguel Ángel Lujúa; el de Cebek, Iñaki Garcianuño; el presidente del puerto de Bilbao Asier Atutxa, y el consejero delegado de Euskaltel, Fernando Ojeda.
«Ya nada es igual y, por tanto, las soluciones que exigen son muy diferentes», insistió, ante la atenta mirada de Sáenz de Santamaría, que escuchó complacida la pretensión de Quiroga de reclamar el protagonismo del PP desde la centralidad justo cuando el partido en Euskadi sufre con la marcha del ex parlamentario Santiago Abascal, con las críticas hacia su papel de María San Gil o con el distanciamiento de Jaime Mayor Oreja.
La presidenta del PP vasco recalcó la «ejemplaridad» de los militantes y cargos del PP a la hora de hacer frente a ETA como el «gran estímulo» para abordar una nueva forma de hacer política que ella ha situado dentro del pragmatismo. «No podemos enfrentarnos en el terreno de lo emocional al nacionalismo, sino en el del pragmatismo», advirtió Quiroga, que ha impulsado la celebración en Bilbao los días 3 y 4 de marzo de un foro económico europeo que abordará las oportunidades que se vislumbran en el inicio de la recuperación.
Una apuesta por el pragmatismo que también rompe el histórico discurso del PP vasco, cargado de emotividad en la confrontación directa con ETA y con el nacionalismo. Quiroga minimizó las referencias a la banda para abordar los «problemas reales cotidianos de las personas» y abogó por la «colaboración» frente a la «confrontación» para construir España.
La presidenta del PP en la comunidad sí que reclamó un relato con «vencedores y vencidos» y se comprometió a velar porque «se cuente la verdad», pero enfatizó una idea fuerza: «El liderazgo democrático para escenificar el final de ETA».