EL MUNDO – 24/02/16
· El desacuerdo fuerza al Parlament a posponer su decisión sobre el trámite.
El pacto de gobierno entre Junts pel Sí y la CUP en Cataluña sigue ofreciendo indicios de una debilidad preocupante para sus impulsores. La última muestra de que el acuerdo que propició la salida de Artur Mas del Govern no se aplica con fluidez es la paralización de las tres leyes de ruptura, que debían constituir la piedra angular de un eventual nuevo Estado catalán.
La Mesa del Parlament, un órgano donde los independentistas tienen mayoría absoluta, pospuso ayer la decisión acerca de cómo se elaborarán las leyes de Hacienda propia, Seguridad Social y Proceso Constituyente. La causa es que Junts pel Sí y la CUP no saben cómo actuar ante un informe de los servicios jurídicos de la Cámara que desaconseja tramitarlas en ponencia conjunta, como habían previsto los dos grupos.
Ante esa situación, Junts pel Sí aceptó meditar sobre el procedimiento acordado –que buscaba implicar a los partidos no independentistas en unas leyes que no quieren aprobar, que es precisamente lo que alegaron los juristas del Parlament– mientras que la CUP se mantiene inflexible.
En poco más de un mes de legislatura ya ha quedado claro que los desencuentros entre los dos grupos rupturistas son de calado. La CUP no participa, como se preveía en el pacto, en las reuniones de coordinación con Junts pel Sí, y los encontronazos con Convergència por el complejo de ocio y casinos BCN World son constantes. Por si fuera poco, el Govern también depende de la CUP para aprobar los Presupuestos de la Generalitat, y los antisistema ya han dicho que el acuerdo no les obliga a apoyarlos.
Pese a todo, Junts pel Sí seguía defendiendo ayer que la ponencia conjunta es la mejor fórmula para aprobar las leyes de ruptura, con la excusa de que el informe de los servicios jurídicos no es vinculante y sólo «aconseja». Pero en la coalición de Convergència y ERC son conscientes de que desoír la opinión de los letrados del Parlament constituiría un mal primer paso para estas normas que consideran tan importantes.
Ciutadans criticó ayer que a los independentistas les «tiemblen las piernas» para aplicar sus planes. El PSC cree que es necesario que «los impulsores se replanteen» cómo hacer las leyes, y Sí que es Pot se queja de que Junts pel Sí y la CUP quieran obligarles a formar parte de las ponencias. El PP censuró su «cobardía» por no atreverse a tramitar las normas por el procedimiento habitual.
Pero el diputado de la CUP Benet Salellas afirmó que la oposición hace «teatro» y desdeñó el informe de los juristas del Parlament diciendo que ignora la «excepcionalidad del momento».
EL MUNDO – 24/02/16